martes, febrero 19, 2008

Desfasaje

Una flor naciendo en su espalda,
al pie de un cuello que se erige
como piedra fundamental de todas
las tentaciones y del lienzo que contiene
todas las sensaciones que se despiertan
tiempo después, mucho tiempo después,
c
cuando de ellas no quedan más que una flor
naciendo en donde los besos se fusionan
con tantas imagenes y con suspiros mal disimulados.

Un cuadro corriendo fuera de la pared que lo contiene.
Un fotograma ajeno al celuloide
remite al desierto que contrasta
tu piel con el rojo infierno debajo de tu nuca,
tan accesible a la vista como ajeno
a las intenciones de hacerte nuestra,
dentro de esta carcel sustentada
en saberse preso de tu imagen
congelada, de espaldas,
mostrando una imagen de locura,
anónima y ya extinta,
aunque constante en mi memoria.

Un último recuerdo
de un enero que desfallece
para siempre en un remolino
de negaciones y lamentos.

Tu rosa,
grabada en el dolor de tu mirada
es el hilo que conduce todo a estas letras
ya sin sentido y que a nadie importan.
Despiertan las praderas del ensueño
en tu primavera eterna
grabada en la columna que te sostiene.

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