viernes, noviembre 30, 2007

Tick Tick Boom

Sí, no hay ideas a esta hora de la noche. Por eso dejo un videito y mañana, prometido, una entrada como la gente.

jueves, noviembre 29, 2007

Diario: Dia 2

Día 2

“had a sign in my hand
cause the time were no good”

The Hives – A little more for little you

Con pereza, después de una noche cargada de horas, pesadillas y destemplanza, logré abrir los ojos y aprestarme para salir adelante, paso a paso, por el resto del día. La habitación me recibió con tu ausencia cínica, de horrores vedados que se anidan en lo profundo del ama, y en el techo dibujaba sombras grotescas, reflejos de una vida que corría detrás de las paredes que daba por sentado durante un tiempo me serían infranqueables. Tomé este cuaderno y redacté las primeras notas de la mañana, ajeno a lo que marcaba el reloj detrás de mí. El silencio contemplaba sobre el calor que se iba amontonando debajo de la puerta.

Escribí un par de boludeces que terminaron tachadas. Ninguna idea terminaba por cerrarme, por muchas vueltas que les buscara, y desistí. Dejé el cuaderno sobre el lugar que ocupaste durante tanto tiempo a mi lado, con un pensamiento que se me venía de fomra recurrente a la cabeza: EL fragmento de una canción que tiempo atrás nos había parecido espléndida y que ahora me resultaba, en particular, desagradable y que, desde tu ausencia, se me hizo presente durante todo este largo día.

Insalvable. La puerta, la pared, las ventanas, el ruido colmando cada rincón, escurriéndose entre añicos amontonados y desparramados a lo largo del todo. Es difícil lograr diferenciar esta tragedia de todas las anteriores, de todos los escollos superados, de tantas mañanas acontecidas; de este mutismo escultural de paredes mudas y pasos resonantes. ¿En que momento el declive de la vida nos llevó a esta posición, conmigo en este lugar muerto y a ti entre ensoñaciones esquivas de noches tormentosas?

Decidí salir y vivir un poco. Tratar de superarte, aunque más tarde me di cuenta que no estoy escribiendo un diario, sino más bien una carta larga, como si estuviese tratando de mantener ese vínculo inexistente que antes nos había unido. ¿Por qué escribir “te” en vez de “le”, por ejemplo? No lo sé. Me siento cómodo hablándote desde esta distancia que ahora pone un mundo de diferencia entre esta persona torturada que estampa su vos sobre el papel y vos, que puede que me leas o no, dentro de días, meses, años de diferencia. Por esa razón, creo, escribo este soliloquio eterno, como si hubiese alguien del otro lado que me estuviese escuchando y fuera capaz de estrecharme en un abrazo, como tantas veces lo habías hecho antes. Tal vez tener tu recuerdo presente y la esperanza de tus brazos son las respuestas.

Son costumbres difíciles de erradicar, las del desolado.

Salí a la calle, prometiéndome no flaquear al cruzar las esquinas donde supimos encontrarnos y perdernos, pero algo dentro de mí sabía que estaba dispuesto a subir escalones, torcer calles y recordar portales, en busca de la nostalgia y a la vez movido por ella. El mensaje de un amigo había sido el catalizador y fui derecho al bar. Derecho, si no se toma en cuenta el laberinto de edificios y pasajes que recorrí con nada más que vos dentro de mi cabeza.

Dios. Tengo que sacarte de encima. ¿Ves porque no sirve de catarsis escribir sobre eso? Para sacarte de encima mediante las palabras debo llevar el dolor al límite difuso de mi piel, sudarlo e impregnar las hojas y el aire con el aroma pestilente del sufrimiento. La única forma de llegar a esa extrema agonía es llorando cada gota y dejarme caer ante tu presencia etérea y onírica. Tengo que liberarme de ti, pero este catalogo de días y torturas es más fuerte de lo que en realidad aparenta.

Me encontré con Alejo en el bar en que nos habíamos citado. Él estaba en la misma desesperada situación en la que yo me encontraba, pero no parecía ser tan urgente, aunque en su cara pude ver ciertas reminiscencias con el hombre amanecido ayer en el espejo de mi casa. Nos estrechamos en un abrazo fraternal y tomamos asiento, detrás de humeantes tazas de café, puestas ahí por las temblorosas manos del mozo. En sus gestos había cierto temor, como si fuéramos presagios de una terrible enfermedad. Yo, en cambio, lo reconocí ya preso de la misma dolencia que cada vez parecía tener más adeptos. Debe ser que en lo rostros de una ciudad tendemos a poner nuestros propios malestares.

Conversamos largo rato y al café terminaron sucediéndoles platos de comida, un par de cervezas y otro café, como postre. La luna se alzaba sobre el perfil iluminado carente de estrellas cuando nos despedimos, ambos dolidos por las tragedias del otro y sufriéndolas sobre nuestras pieles. Las calles estaban curtidas del paso de los autos y enajenaba todo sonido a una mezcla aturdidora, indiferente a cualquier oído. La ciudad estaba muerta bajo la noche que se acontecía.

Volví a casa, preso de la urgencia del agua de la ducha. Todo se estaba convirtiendo en una acto reflejo, excepto las notas tomadas a las apuradas en todo: boletos, servilletas, tapas de cuadernos, hojas de diario, folletos, libros. Incluso mis brazos tenían trazos apenas visibles de letras y palabras, productos de algún aforismo o reflexión de último momento. Pensé en la música que escogería para el primer día de lo que estaba decidido sería el resto de mi vida, aunque cayera ante el defecto impostergable de pensar en ti y en la ausencia que te venera.

Por una ventana abierta a las calles vacías y dormidas del barrio, emergía la voz de Ricardo Arjona entonando una canción melosa, que parecía cargar con una verdad inequívoca y certera. Un tono dulce, femenino, de adolescente lo acompañaba, y podía imaginarme las muescas que hacía enfrente del espejo, moviendo las manos siguiendo el ritmo harto pegadizo. Me acordé de otro abandono similar y pensé en como parecía repetirse todo de vuelta.

Cargado de violencia, suspiré por lo bajo. Eso si que estaba como para cortarse las venas.






The first day of the rest of my life (X)

miércoles, noviembre 28, 2007

Stop

Ni el lunes ni ayer hubo ficción en los canales de aire porteños y la pausa se mantenía hasta la tarde de ayer, cuando se reunieron los representantes de la Asociación Argentina de Actores en el Ministerio de Trabajo para tratar de llegar a una solución al conflicto desatado entre los Actores y la Cámara empresarial de productoras y canales de televisión.

"El conflicto es estrictamente laboral y estamos convencidos de la solicitud de 8 horas y 45 minutos de grabación, en lugar de las 11 que vienen usando los empresarios de la televisión para la grabación de tiras o unitarios".

El conflicto, según aclararon los delegados, se mantiene en torno al desacuerdo que "todavía persiste" y por el cual se realizó la reunión en la cartera laboral con todas las partes involucradas. "También está el tema salarial pero allí no hay tantas diferencias".

Extraido de la La Voz

Ahora.... Si con 11 horas de grabación no son capaz de hacer algo como la gente, se imaginaran lo que seria con 8? Mientras, en GH, trabajan full time y nadie hace bardo por eso. Y si argumentan que GH es la <>, prefiero quedarme con el Second Life...

martes, noviembre 27, 2007

Behind Blue Eyes

No one knows what it's like
To be the bad man
To be the sad man
Behind blue eyes

No one knows what it's like
To be hated
To be fated
To telling only lies

But my dreams
They aren't as empty
As my conscience seems to be

I have hours, only lonely
My love is vengeance
That's never free

No one knows what it's like
To feel these feelings
Like I do
And I blame you

No one bites back as hard
On their anger
None of my pain and woe
Can show through

But my dreams
They aren't as empty
As my conscience seems to be

I have hours, only lonely
My love is vengeance
That's never free

When my fist clenches, crack it open
Before I use it and lose my cool
When I smile, tell me some bad news
Before I laugh and act like a fool

If I swallow anything evil
Put your finger down my throat
If I shiver, please give me a blanket
Keep me warm, let me wear your coat

No one knows what it's like
To be the bad man
To be the sad man
Behind blue eyes




Diario: Día 1

Día 1

“In the neon sing scrolling up an down
i am born again”

Radiohead – Airbag

No haré referencia al hueco vacío que dejaste en la pared de la casa. Al extraño espacio libre de mugre y de cosas donde supieron estar tus libros, tus cds, tu ropa y todo lo demás. No diré nada del vaso con agua un tanto podrida y el plástico resquebrajado donde tu cepillo de dientes, por alguna razón, dejo de bailar esa extraña danza de compañía indolora que llevaba a cabo con el tubo de dientes y con el otro cepillo, el mío. No diré nada de nada, más allá de lo dicho y de lo que intuye el lado izquierdo de la cama, donde aún están las manchas de saliva resecas sobre las sabanas.

Te has ido. Te has llevado todo lo tuyo, excepto el disco que ahora escucho, en parte porque es un discazo, en parte porque era tuyo, en parte porque es el soundtrack perfecto para esta desolación de huellas apenas dibujadas entre el polvo del piso.

No estoy haciendo catarsis con esto. No te creas. Ya he llorado, he implorado, he aceptado la vergüenza y la humillación con tal que te quedaras. Lo había hecho antes y no hubiese cambiado nada que lo hiciera o no de vuelta. Pero, dentro de ese patetismo acto de tozudez, algo dentro de mí decía que tu decisión sería irrevocable. Por eso sé que aún tengo lágrimas por llorar, ruegos que implorar y campos que atravesar arrastrándome sobre vaya uno a saber que inmundicia.

No creas que estoy haciendo catarsis con esta oda al pasado. Esos tiempos han pasado. Ese día fue ayer, y en mis oídos resuenan los gritos desgarradores de la madera quebrándose bajo el peso del hacha cayendo una y otra vez sobre vaya saber que mueble. Trato de no recordar, porque tengo ese veneno maldito corriendo por mis venas, y tengo miedo, en forma de una sensación desconocida, de que el camino sea más largo de lo que se atisba. También llevo la certeza de que así es.

Aún no me he levantado de la cama. Estoy inclinado sobre mi cuaderno de notas, garabateando sobre el papel, esquivando las huellas pesadas y húmedas de las lágrimas. Demasiadas cosas no me cierran, revuelven mis pensamientos y juegan con los haces de luz que entran por la persiana. Es una luz mortecina, de ocaso o de amanecer. De las dos cosas, de una sola. No me importa. Ilumina mis piernas estiradas debajo de las colchas, las almohadas desgarradas y contenidas en mil abrazos, los rastros del lloro, la presencia del dolor.

Te fuiste, y yo sigo aquí, como un espectro imperturbable. Te llevaste todo lo que pudiste en ese momento, incluso hasta algunas cosas mías. Pero eso no importa, porque te olvidaste de algo demasiado importante. Tu sombra. La maldita sigue aquí, estupefacta como yo. Una noche fugaz y errante entre los ecos que rebotan en las paredes del living y del comedor, entre las risas y las discusiones. Quisiera que se fuera, porque no sabe que hacer y se acurruca junto a mi, bajo esta iluminación ensoñadora, para que la cobije. Y eso me cae para las pelotas. Honestamente.

El teléfono suena. ring ring ring ring. Pero no voy a contestarlo. El nudo que tengo en la garganta creo que es imposible de destrabar y va a seguir estar estando ahí un tiempo. ring ring ring ring. El silencio hace que suene con mayor fuerza, como si fuese inexorable y sí o sí tuviera que contestarlo. Puede ser algún amigo, pero en este momento no me siento con las fuerzas como para recibir palabras de aliento, nomás. Necesito un sustento veraz. Algo que me ayude a ponerme de pie y sostenga mi cabeza en alto. Que me de vida. Que me mueva y que me despierte.

ring ring ring ring... clank...

Así suena un teléfono estrellándose contra la pared, mientras la música suspira this is what you get, this is what you get, this is what you get, when you mess with us. Suena clank y un instante después queda callado. Aproveché entonces y fui al baño. Encontré a un desconocido sucio, algo barbudo y con ojeras indescriptibles. Un desecho demasiado humano, al que reconozco como propio. Es sombra, reflejo y esencia.

Ladridos a los lejos. Este día recién empieza en el mundo y para mi parece incluir demasiado finales. No se si podría soportar esta noche que ha llegado durante demasiado tiempo. Pienso en eso y las lágrimas del espejo me conmueve. La canilla suelta el agua que corre hacia el desagüe en una carrera infinita y no queda otra que mirarse, con la furia en los ojos, las venas rugiendo y el cuerpo transformándose ante la derrota.

El mundo sigue su curso y me quiere dejar atrás, preso en las trampas de arena que traman el tiempo y la mente. Las sombras se mueven, se agrandan y se achican. Los objetos cambian su apariencia y quieren enajenar mi alma de esa posibilidad de transmutarse con el paso de las horas. Hay dolor, sí, en cada centímetro de mi ser. Pero bajo la mañana, me doy cuenta que algo más corre por mis venas. Algo más vertiginoso que hace que la lapicera con la que escribo siga a duras penas el ritmo de mi mente, de mi alma, de mi esencia. Algo que se ve surgiendo como una catarata de esperanza entre el hueco limpio, virginal, desdichado de la pared donde había vaya a saber que mierda que te llevaste. Siento que sé el nombre desde el principio de los tiempos, pero que recién ahora despierta. Espero que sea eso lo que me hace mover, entre los pasos desdibujados sobre el polvo y el hedor del abandono.

Espero que sea lo que hace mover a la gente en los tiempos de extrañeza y sinrazón. Espero que lo que late en mis venas no sea veneno, sino la ansiada Euforia.



This is what you get, when you mess with us...

15 Minutos A Solas: Decisiones Irrevocables

Cada tanto vuelve la idea de escribir esta columna, esta serialización pasajera y errante. Una especie de diarreica catarsis la cual me sirve un tanto para sacarme la mierda que tengo encima como para poder tomar nuevas perspectivas sobre lo que está pasando alrededor mío, en forma de lo que fuera que pudiese pasar. O para adelantarme un tanto a los hechos y tratar de atisbar que oculta la penumbra un poco más allá de las horas a las cuales aun les falta mucho para que lleguen. Hay algo oculto en esas sombras futuras. Siempre. Pero se muestran de tanto en tanto. Coquetean y se hacen ver, como relámpagos de la tormenta que se acerca inexorablemente y que, tarde o temprano, caerá sobre nuestras cabezas, agitando todo el mundo.

Siempre me creí una persona de decisiones irrevocables. Tal vez una parte de mí si lo sea y otra no tanto. Siempre hay un espacio para que la flaqueza asome y ponga en duda las decisiones que a veces cuesta tanto tomar. Y por esa razón emputece. Porque las decisiones son productos definitivos de una meditación muchas veces dolorosa y extensa, donde uno pone en la fuckin’ balanza muchas cosas, tratando de compensar unas con otras para tratar de salir con el balance en 0. Pero entonces, aparece la duda, la flaqueza que tanto nos persigue, y la decisión no se ve ni definitiva ni irrevocable, sino que tentadoramente transmutable.

Es la duda en donde nacen las certezas equívocas.

No hay peor cosa que tratar de poner una firma al pie de un contrato sabiendo que ese trazo curvilíneo y artístico va a pesar mucho durante algún tiempo, porque saber que estamos presos de algo en esencia inmutable nos pone incómodos y disparan mil pensamientos distintos desde nuestra cabeza hacía otros lados. Si estaré haciendo lo correcto, si terminaré mal, si me irá bien, si me querrán estafar. Mil cosas distintas que nos hacen leer y releer mil veces la hoja para que finalmente estampemos, no sin mirar desconfiada a quien nos tiende el contrato, haciéndole saber que muy conformes no estamos. Yo, en este momento, me encuentro algo harto de leer y releer mil veces un papel que ya está amarillo de esperar con una lapicera encima.

Por eso quiero tomar decisiones irrevocables, por más que sé que mi alma posee la suficiente flaqueza como par dudar en medio del proceso o una vez que ya todo fue tomado. A veces siento que nada es inmutable y que todo tiende a cambiar si se le da el tiempo necesario para que el proceso se de. Pero todo lo que cambia se corrompe, o tiende a corromperse de su naturaleza original. Así es como certezas se transforman en dudas y los proyectos solo quedan en proyectos, sin llegar jamás completarse.

Todo hombre es, también, producto de sus decisiones. Las que toma y las que deja pasar. ¿Qué se puede esperar del que flaqueó una vez otra cosa que no sea flaquear otra vez? ¿Y del que tomó una decisión equivocada otra cosa que no sea otro error? Demasiadas presiones entran en juego y lo único que realmente logran es seguir generando cierta presión, que con el tiempo termina por hacerse más y más fuerte.

Y ahí radica la diferencia entre hombres y hombres. Entre los que producen el cambio y entre quienes los contemplan. La capacidad de poder levantarse sobre la adversidad del historial para tratar de impulsar alguna nueva visión, concretar algún proyecto, etc, es lo que diferencia a los flojos que se creen determinados de los que verdaderamente son determinantes, sin importar cual sea el proceso.

Yo sé que volví sobre mis pasos un par de veces. Sé que callé muchas veces y que demasiadas veces la duda me asalta y me golpea entre los ojos, haciéndome pensar dos o tres veces cada vez que pienso hacer algo. No es excusa. Ser una persona insegura ayuda con este tipo de cosas, ya que la duda tiende a fortalecerse con el paso del tiempo, convirtiéndose en la regla y no en la excepción, como debería ser.

Pero quiero cambiar. Deseo cambiar, y eso es lo que a la gente muchas veces no les termina de cerrar. Quiero ser capaz de pedir disculpas por haber metido la pata y seguir caminando con la frente en alto, a diferencia de la mirada cabizbaja cargada de culpa. Quiero por una buena vez dejar atrás todo lo que me ha condicionado para poder ver el futuro con una mirada nueva, sin rencores, dolores y dudas escondidas en los lugares más recónditos del alma. Por eso tengo que tomar decisiones irrevocables, para ver que la flaqueza es tan sólo la medida de los hombres débiles, y ver que yo no soy uno de ellos.

Todos pueden llorar, caerse y suplicar por un instante de piedad ante el tiempo implacable que se lleva hojas y hojas en el calendario. Pocos pueden callarse, cargarse la pesada mochila al hombro y tratar de vencer en esa carrera que muchas veces parece perdida de antemano, por más que todo parezca conspirar en contra y retrasar mucho los pasos que se deciden dar. Está en uno decidir si vale la pena estar arrodillado atrapado en el pasado o si es mejor recibir al futuro como lo que en realidad es: Una batalla para pelear y a su vez una nueva oportunidad

Las decisiones irrevocables son, entonces, gran parte del proceso y el producto final de la maceración del alma.

lunes, noviembre 26, 2007

Fuego

Necesitaba del fuego que ardía a sus pies.

Su mente divagaba por pasajes confusos y nublosos. Una oscuridad siniestra impedía discernir aquello que había pasado de otras extrañas percepciones erróneas. Voces inequívocas, destellos de claridad. Todo se acercaba y se alejaba, con indolora pedantería, frente a sus ojos cerrados, cargados de sombras y espectros. Ansiaba la paz que no llegaba, por más que supiera que sería tan sólo un pequeño resguardo antes del tormento que se avecinaba. La deseaba, aunque estéril y fugaz. La clamaba, con la voz quebrada y convertida en alaridos sangrientos.

La cabeza cayó pesada sobre el cuerpo. Pendía inerte y por el borde de los labios corría un hilillo de sangre que empezaba ya a formar un charco en el piso. Las magulladuras y los cortes se repetían por varias partes del cuerpos, surgiendo por entre el polvo que cubría algunas de las heridas. Todo su ser no era nada más que eso, en ese momento.

- ¿Has tenido suficiente?

Aceptó lentamente con la cabeza, sin saber si había oído correctamente. Algo en su cuerpo clamaba por piedad pero aplacaba ese inconsciente sentido de supervivencia con la idea, la convicción, que necesitaba de esa parodia infernal para purificarse. Era tiempo ya. Tenía que curarse. DEBÍA curarse, por más que vivir en ese remoto pasado, cargado de un nostálgico sentimiento de pertenencia y armonía, fuera algo hermoso, por más que estuviese plagado de ausencias, dolores, batallas perdidas y lágrimas derramadas en algo mucho más potente que la muerte.

Un dolor punzante cruzó sus entrañas y la oscuridad lo cubrió, como la gran sombra de la noche que se avecinaba y que por fin terminaba cayendo, aunque no traía consigo ni la luna ni a las estrellas. No había nada en esa muerte fría y calculada, tan sólo el pasado del cual uno no puede despegarse y que se remonta a uno siempre en las últimas situaciones. Dormido, en el fondo oscuro del abismo encontró la analogía. No había caído la noche sobre él, sino que él había logrado saltar hacia la nada.

Su propio cuerpo clamando por piedad, su propia voz desgarrada, las lágrimas brotando en sus ojos. El dolor. El recuerdo de la tortura y la tortura que se llevaba cabo. Todo eso lo despertó. Levantó el sudado rostro y vio a los dos hombres discutiendo, enfundados en sus relucientes trajes de blanco y con las caras libres de cualquier expresión.

- No hay caso – escuchó que dijo uno –. Por más que decida cambiar va a seguir siendo el mismo. De eso no hay dudas.
- Es una lástima – dijo el otro –. No habrá otra que quemarlo.

Una sonrisa se dibujo en su rostro, y encontró una pared donde repetirse y ampliarse en el rictus sonriente del agonizante. El final se presentaba implacable, y estaban todos dispuestos a participar de esa comedia para llevarlo a cabo.

Otra vez el silencio oscuro del desmayo. Otra vez la elipsis. Otra vez el deseo surgiendo de entre la carne que lo ansiaba.

Lo condujeron inconsciente por pasillos de eterna belleza. Lo arrastraron por la antesala del infierno hasta la pira que contendría la última de las guerras y la más larga de las batallas. Cuando sintió el calor cortando su piel, sonrió. Las lenguas de fuego lo lamieron y, por más que se partió en un aullido de muerte, algo dentro de sí sonrió, como quebrándose ante tamaña injusticia.
Lo ataron. Y empezó a sentir que era todo lo necesario. El único fin de su vida. Dejarse matar para de una vez poder dejar atrás esa persona, ese espectro que tanto odiaba. El fuego purifica, pensó, cuando el olor dulce de la carne quemándose le produjo un vómito que cubrió gran parte de su pecho. Con él, se consumían todas las horas, todas las imágenes y los sonidos. El universo se extinguía en esa pira ardiente, insufrible. Final.

Necesitaba del fuego que ardía a sus pies. Aunque a veces tenía demasiado miedo de renacer de sus cenizas.


I know you love me, love me like a piece of trash...

domingo, noviembre 25, 2007

Pared

La pared era tan sólo una excusa. Algo dentro de él le gritaba que era solamente eso. Un intento de justificar el camino cortado enfrente, como si fuera el único lugar por donde el futuro podría asomarse. Las piedras salientes y los bordes romos que se asomaban en la superficie no eran otra cosa que una metáfora, o alguna cagada de la misma índole. Con insistencia le gritaba una voz que era precisamente eso, que era nada más que eso. Y sin embargo ahí estaba, mirando la pared, las piedras que se asomaban y murmuraba por lo bajo.

¿Una excusa? ¿Una puteada? ¿Acaso no eran la misma cosa, bajo esas circunstancias?

Alzo la mirada, inmóvil, hacía el cielo y descubrió las nubes en formas curiosas. Pensó en las palabras que había oído y desdeñado. En las que se asomaban por su garganta pero que veían los bordes tiznados de desmemoria y decidían salir. Un fuego le ardía por dentro y sin embargo no podía encontrarle una forma a la fogata que se alimentaba en sus entrañas.

Voces sonaban a su espalda, pero también algo le decía que no valía las penas escucharlas. Se acercaban y se iban, en mareadas milenarias arrastradas desde el infinito. Tan sólo la noche y sus sombras le indicaban que algo era real, por más que se desarrollara en la lejanía. En su mirada el pasado renacía con insusitada fuerza.

You do / i can see in your eyes

Un estruendo lo despertó. Vio a su frente la nada, vacilante, y a sus pies, pequeños hilos de sangre. En sus muñecas, un dolor punzante. De pie encima de la poesía escrita de sufriente modo, la victoria no encontraba un espejo donde bailar con su reflejo. Los versos tendían a desaparecer. Las palabras atascadas en su boca también.

En su nariz flotaba el olor a pólvora quemada. Dentro de su cabeza, una señal inequívoca. Se dió vuelta, y sin importarle el cadáver, empezó a caminar. Las paredes son tan sólo excusas, al igual que las palabras que callamos.

Que lo de "idiota" no viene de casualidad....

Algunos más, otros menos, más o menos me tienen conocido y saben más o menos de lo que hablo cuando me autodenomino "idiota". Ta bien, se que es redudante ahora que está la pestañita del "about el autor", pero bueno, ser idiota es una experiencia que sólo se adquiere mediante la experiencia y cada tanto se certifica y se justifica con las pelotudeces que uno hace, dice o piensa, o deja de hacer, decir o pensar.

En fin, sin más preámbulos, y para no aburrirlos con una concepción filosófica más profunda (para la mierda más profunda) sobre lo que es en verdad ser idiota o intelectual, voy a deleitarlos con una anecdota de reciente factoría.

Resulta que conocí a esta mina, llamesmola "D". Algo así como el señor "K" de "El Proceso", pero no, nada que ver. En fin, conocí a esta mina y bueno, chateando quedamos en encontrarnos hoy a las siete de la tarde en la terminal de omnibus. Bueno, todo viento en popa, y ahí va el boludo de Matías, a 15 minutos de la terminal en bondi, cuando piensa en la situación y se dice, alzando la ceja y viendo el pasamanos mugrientos del colectivo:

¿Y si resulta ser un plomo?

Pensó en eso, mientras le llegaba un mensaje de D, tras lo cual, al leerlo, decide enviarle un mensaje a su amigo, Fede, compañero de andanzas y desventuras, pidiendole que en caso de comerse un bodrio, haga algo para salvarlo.

Escribe entonces, algo que se leería así:

"Che, en caso de que se ponga turbia la cosa y salte todo a la mierda, tirame una cuerda"

De memoria, acostumbrado por los ultimos mensajes, aprieta el 3, navega el directorio y lo manda, creyendose victorioso sobre el subconciente. Hasta que hace memoria.

¿Cuantas veces habia apretado el tres? ¿Una? ¿Tres?

Abre los "elementos enviados"

Putea en voz baja. Habia apretado una sola vez.

El destinatario había sido "D".



Ahora, sacando otras cosas, vieron que lo de idiota no venia de casualidad? Tengo ese touch de, por decirlo de manera sencillar, cagar todas las cosas, sin importar sobre que se trate. Asi que, todos los que saben hablar juntar o algo conmigo, vayan con cuidado. Hay muchas cosas que deberian llevar una etiqueta anti idiotas.

sábado, noviembre 24, 2007

Fragmento: “Capítulo 14: Terceras Personas”, de “Mi ex novia”, de Fabio Fusaro.

“Ninguna mujer deja a su novio para quedarse sola.
En el 99,9 por ciento de los casos es por otro hombre”






“Se que no hay terceras personas.”

Esa frase es prácticamente una constante en los e-mails que recibo de lectores o visitantes de la página web. La novia los dejó por motivo tales como “necesito encontrar mi propia imagen en el espejo de la vida”, y lo primero que me dicen es “sé que no hay otro”.

“¿Y cómo sabés que en realidad no te esta dejando por otro hombre?”, suele ser mi pregunta obvia.

“Porque se lo pregunté y me dijo que no”, suele ser la respuesta.

En la mayoría de esos casos, quince días más tarde resulta que el tan confiado muchacho se entera de que la ex novia está empezando un romance con un compañero de la facultad o del trabajo.

Claro... seguramente le empezó a gustar después de cortar con su novio. ¡Qué casualidad!.

Siempre hay otro

Detrás de una novia que te deja siempre hay un tipo que te está soplando la dama


En algunos casos ya están con otros antes de terminar la relación anterior. En otros todavía no, pero sin duda lo que la mujer está haciendo al cortar con su novio, al menos, es dar paso a la posibilidad de empezar una nueva relación. Y al nuevo candidato ya lo tiene bien asegurado.

Las mujeres son como Tarzán: no se sueltan de una liana hasta que no están bien agarradas de otra

Como ya dijimos, por más que la mujer la vaya de moderna, su objetivo principal en la vida es casarse y tener hijos. Y estar de novia es el paso previo necesario. Tal vez a ese novio que tiene no lo ve como su futuro marido, pero a los ojos de la gente al menos esa mujer estará en el camino correcto. Está de novia. Está en el paso previo.

“¿Y Julietita? ¿Está de novia?”, le pregunta una prima lejana a Marta, la mamá de Julieta, en el velatorio de un tío abuelo.

No le pregunta cómo anda Julietita de salud, si está trabajando, si se recibió. Le pregunta si está de novia.

“Sí... sí... Juli está de novia”, responde Marta sonriendo estúpidamente a metros del finado.

Sería un garrón para Marta decir que no. Que su hija de veintitrés años no tiene novio.
Tampoco le pregunta quién es el novio, qué edad tiene, a qué se dedica, si es bueno o malo. Lo importante es que tiene novio. Lo importante es que está en el camino hacia el objetivo de todas ellas.

Por eso es que toda mujer “necesita” tener un novio.

Ninguna mujer deja a un novio para quedarse sola. Esos sería como retroceder en la vida. Para que una novia te deje y se quede sola tenés que ser como mínimo un asesino serial

Las frases “más vale pájaro en mano que cien volando” o “más vale malo conocido que bueno por conocer” fueron sin duda creadas por mujeres.

Eso hasta que aparezca un pájaro con mejor plumaje y se les pose en la otra mano. O hasta que tengan a disposición uno más bueno para reemplazar al malo.

Y cuando te esté dejando, pidiendo un tiempo o lo que sea, y vos le preguntes si hay otro te lo va a negar siempre.

Admitirlo sería lo mismo que decir: “¿Viste todo lo que te prometí, todas las cosas que te dije, todos los planes que hicimos juntos, todos los sueños que compartimos? Bueno... me cagué en todo”.

Para ellas es mucho más sencillo sacarnos de encima con cualquier excusa estúpida o frase incomprensible que las exima de ser acusadas de falsas, mentirosas, infieles y malas personas

Y lo que sucede en esos casos es que preferimos creer lo que esgrime como argumento antes que pensar que hay otro. Pensar que hay otra persona duele mucho.

Para qué tener que soportar ese dolor si podemos pensar que ella, como bien dice, “está pasando por un momento difícil de su vida donde al no estar bien con ella misma no puede estar bien con nosotros, entonces por el bien de la relación y dado que nos quiere tanto es mejor que bla, bla, bla, bla...”.

El problema viene cuando tratamos de buscar soluciones a esos falsos argumentos para destrabar el conflicto y seguir adelante con la relación.

Supongamos que aduce que se siente “agobiada” por la relación (típico). Antes le encantaba verte todos los días y llamarte por teléfono veinte veces. Le gustaba que almorzaran juntos y que la fueras a buscar a la salida del trabajo.

Ahora de repente se siente “agobiada”.

La solución es sencilla: pueden verse día por medio, hablar menos por teléfono y no tener la rutina del almuerzo y la pasada a buscar a la salida, y asunto solucionado.

Pero no.

Con eso no solucionamos nada.

¿Y por qué no?

Porque ése no es el verdadero motivo que está generando su alejamiento.

El verdadero motivo es esa tercera persona que vos preferís pensar que no existe.

¿Duele?

Sí, duele. Pero si elegimos ver una situación irreal no vamos a poder tomar las decisiones acertadas para intentar recuperarla.

En honor a todos los que hoy están como estaba yo hace dos años. El libro es altamente recomendable, pero yo lo encontré con cerca de un año de retraso a cuando lo necesitaba. Pero en fin, si lo consiguen leanlo. Es muy bueno. Y si no consiguen lo primero (Que es recuperarla) por lo menos lograran ampliamente lo segundo, que es recuperarse...

Saludos y que se yo... Dejen comments? xD

viernes, noviembre 23, 2007

Sentido

En la estrella
una sombra de naturaleza extraña escribe
"bajo las palmeras de tu calle
la poesía muerta del silencio
grita
mil victorias"


Y
sin embargo
siento
que puedo

que debo
que estoy
por perder
y convencido
a la vez
que en la infamia
de los ojos que brillan
radican
la luz
la esperanza
la muerte
y todas las palabras
que calladas forman
esta angustia
eterna
que se consume la pira
infinita
que arde en todos los corazones
de todas las ciudades


Una flor que cae
hoy por hoy
mañana por mañana
es tan solo eso
que ves
que oigo
que siento
y que se niega
una flor que cae

Dos joyitas

"Los chalchaleros son los led zepellin del folkclore"

"Mirá!" - señalando un taxi parado en la estación de servicio - "ahí hay un taxi tomando nafta"


Jaja... Este Benja... Dios... Lo que dice...

Bueno, saliendo del post con denodado contenido alcohólico, aca les dejo dos joyitas de quienes son, hoy por hoy, la banda representativa de la electrónica mundial: The Chemical Brothers

Out of Control






Under The Influence (no es un video, es una imagen nomás, pero la música se va a la remierda xD)


jueves, noviembre 22, 2007

Infierno

En el infierno hay un río
que cruza las almas,
aunque esté encauzado
entre piedras inamovibles,
donde clama
con voz creciente
por calma y paz,
indiferente al destino
que le promete el cemento.

Hay paredes grises
entre arterias azules,
donde los sonidos
azufrosos de la impiedad
y el ocre tono
de la muerte
brindan el espectáculo
en las que se retuercen
cinturas.

Nace en las ventanas
el fantas de un mundo
traslúcido y celeste,
carente de estrellas
entre las llameantes noches
de congoja queda
y absoluta.

Hay un río
en un infierno
que abarca a otro infierno,
y que corre con libertad
entre espejos de vivos colores,
y cuyo nombre,
en el aire caliente
de un verano inquietante
se recuerda como
Suquía.

El Pistolero

En la apostasía de todas las historias


queda callada la voz de un hombre que camina


desandando trechos milenarios en un horizonte


cargado de misterios sombras


energía


y anagramas


de figuras oscilantes


en las llamas muertas


y sus rastros difusos ocultos en la aurora.






Bajo la luz del desierto que frecuenta


gotean unas estrellas de muerte


colgadas bajo la violeta atmósfera


que pende sobre la arena de los dioses,


infranqueables en universos contenidos


en la eternidad trigueña.






Una sombra que


es un


ala


espectro


sacerdote


hechicero


acaso Dios


y finalmente un muerto


vuela en donde se pierde la vista


a los pies de las montañas,


fantasmas oscilantes


de un espejo forjado en los albores


del rompiente ocaso.






El estampido transformado


en el prefacio de la sangre


deja una muestra de cuan pérfida


es la inocencia a la cual alabamos,


mientras recogemos del suelo


las plumas caídas en desgracia


bajo las pisadas invisibles


de nuestros compañeros.






En la soledad infinita de la arena


basta con seguir el resplandor estelar


para ver cuanto el mundo se ha movido.

miércoles, noviembre 21, 2007

Chiste Surrealista

Extraido de "El último Paraguas", de Lucas Varela

¿Cuántos surrealistas se nececitan para cambiar una lamparita?

Pescado.

Recomendacion Semanal: "La Torre Oscura I: El Pistolero", de Stephen King


Es la segunda vez que me topo con este libro, con varios años de diferencia y con capacidad de hacer unas lecturas un tanto más profundas, y es la segunda vez que esta épica, desarrollada en un mundo anacrónico, me termina complaciendo y asombrando, como la mayoría de las obras de King, quien es un autor con una gran capacidad y que en este texto se arriesga mucho con la metáfora de elementos modernos y de la concepción del espacio, el tiempo y el universo.

Pero, vamos por partes. El tomo que reposa sobre este escritorio es la nueva versión, la primera edición de julio de este año, a cargo de Plaza Janés, la editorial española que se encarga de cobrar cerca de cien pesos por este libro, lo que, a mi parecer, es un tanto caro, teniendo en cuenta que generalmente por ese dinero se consiguen los tomos en su lengua de origen. Lo bueno de esto es que es una edición revisada, ampliada, introducida y prologada, con capítulos nuevos, explicaciones del autor sobre lo que a él le parece el libro y sobre el génesis de la obra y las modificaciones que se le han agregado. Ahora, lo malo de esto, es que tienen que reeditar cuatro tomos, que hacen a la primera hipotética parte de la saga “La Torre Oscura”. Esos cuatro tomos, si se cobran al excesivo precio de este mismo libro, significarían cerca de cuatrocientos pesos. El dilema es que el libro y la saga son excelentes, ¿qué fanático (por más qué tenga las ediciones anteriores) no se animaría a comprarlas?.

Hablar de Stephen King es una redundancia, a esta altura del partido, jugando ya tiempo extra y con un penal a favor. Todos saben que es un escritor un tanto controversial, no tanto en el ámbito editorial, donde es un best seller, sino en el intelectual y literario, donde es aún bastante fácil encontrar muestras de snobismo y cierta resistencia a aceptar que lo popular también puede tener profundidad. Por eso, King es tan amado por unos como odiados por otros, aunque la obra producida por el autor estadounidense, no sólo en el género del terror, sino de la ciencia ficción y hasta se ha jugado con un ensayo biográfico, ha ido inclinando la balanza hacia el lado de la aceptación, aunque sigue levantando polémica, de tanto en tanto, como cuando ganó la (esperen que consulto el cuadernillo de ingreso a la facu) medalla de The National Book Foundation for Distinguished Contribution to American Letters, que hizo que algunos críticos levantar la voz e hicieran algo de quilombo, cuando más que merecido se lo tiene.

Sobre la Obra, lo que podemos decir no es mucho más de lo que aparece en el prólogo: Tiene una notable influencia tolkeniana, metáforas cotidianas y la forma en que se desarrolla al relato va moviendo al personaje principal (el Pistolero, The Gunslinger en inglés – ese nombre es genial) entre un pasado lejano, puro en la vida del lejano Oeste, y un futuro lejano, antes que “el mundo se haya movido”, como dicen varias veces los personajes, en referencia a la forma vertiginosa, duradera y certera con la que los cambios se dan. Una curiosidad: Los capítulos que componen la obra fueron primero cuentos que fueron publicados en The Magazine of Fantasy and Science-Fiction, entre 1978 (edición y aparición del cual sería el capítulo 1, The Gunslinger) y noviembre de 1981 (edición y aparición del último capitulo, The Gunslinger and the Dark Man), y que después serían recopilados en este jugoso tomo, cuya primera edición en español fue la de 1992, traducida por Jorge Luis Mutieles.
La historia trata sobre un pistolero, llamado Roland Deschain de Gilead, que vendría a ser algo así como una especie de jedi o miembro de una orden mitológica, que se encuentra en persecución de un hombre vestido de negro, por razones que el autor no da a conocer muy bien. O que sí. O que no. En fin, cuando se llega a la mitad del libro uno se encuentra más preocupado por saber como hizo Jake, un muchachito de New York, para aparecer en una estación de paso, que por la figura negra, diminuta, que aparece y pierde de tanto en tanto, siempre en el horizonte. Es ahí donde entra a jugar la genialidad del autor: Jake pertenece a otro mundo, nacido vaya a saber donde, pero por las referencias que hace, Roland Deschain lo ubica en otro tiempo de su mismo mundo, aunque no se termina por saber si está en lo correcto o no.

Funciona bien como excusa, y hace llevadero el relato, la inclusión de las grandes distancias (el desierto, el paso de la montaña) como metáfora del tiempo. Roland y Jake se transforman en seres imperecederos mientras se mueven dentro de eternidades y eternidades de granito y arena, y a la vez, es como si recorriendo eso fueran trasladándose entre diferentes épocas, diferentes tiempos, que le son tan ajenos como tristemente reales.

El hombre de negro huía a través del desierto, y el pistolero iba en pos de él.
El desierto era inmenso, la apoteosis de todos los desiertos, y se extendía bajo el firmamento en todas las direcciones como una eternidad. Blanco, cegador, reseco, desprovisto de cualquier rasgo distintivo salvo por la tenue silueta brumos de las montañas recortadas en el horizonte y por la hierba del diablo, que producía dulce sueños, pesadillas y muerte. Alguna que otra lápida señalaba el camino, pues el borroso sendero que serpenteaba sobre la gruesa corteza alcalina otrora había sido carretera. Por allí habían pasado diligencias y bigas. Desde entonces, el mundo se había movido. El mundo se había vaciado.

Esos son los dos primeros párrafos de una obra que en su concepción y escritura se lo más cercano que se puede ser a “eterna” y anacrónica. Fue escrita durante un periodo de treinta años, y la culminación de la serie llegó recién en el tomo siete, en el año 2003, 21 años después de la primera edición (limitada, de lujo) que se hizo del primer tomo que estuve leyendo en estos días.

La búsqueda, inmensa como el desierto que la enmarca, es el centro de todas las vidas, y ellas se ven encausadas en pos de un objetivo, que se encuentra siempre distante, borroso, y, a veces solamente, se vislumbra como una certeza, escalando montañas o acampando lejos en el horizonte. La cacería de Roland se basa en eso. La de todos nosotros también, sólo que nos hace falta la ambición de calzarse los revólveres y salir andando en su búsqueda.

Recomendación Semanal: "Las Uvas de la Ira", de John Steinbeck


Bueno, antes que nada, las disculpas solícitas al caso. No fue nunca intención mía retrasar tanto una crónica que vengo escribiendo desde el momento mismo en que empecé a leer el libro, sino que por factores a veces ajenos, a veces vagancia, la fui postergando hasta tener la certeza de estar en condiciones de escribirla y de bancarme las críticas que puedan hacerme ustedes sobre lo que yo opino. Por otro lado, quise dejar pasar algo de tiempo para menguar un poco el asombro que me produjo tan similar obra. Pero ha pasado ya casi más de un mes que la leí (y en estos días he leído a Dolina, algo de Arlt y toda la Saga de los Confines, de Liliana Bodoc) y sigo con el mismo estupor encima. Es hoy. El tiempo de escribir esto es hoy.

Hay algunos libros que poseen la extraña cualidad de ser incitables, por diversos motivos, que van desde el pésimo uso del lenguaje y la gramática, que vendrían a jugar el papel de motivadores a la hora de enfrentarse al papel, ya que uno se da cuenta que puede escribir mucho mejor que eso, pero anda con miedo de convertirse en exactamente eso; y libros de tal calidad lírica y profundad que lo único que logra es maravillar al lector y poner en duda su capacidad de dejar un rastro en la tierra que vaya más allá de su pasajera sombra.

Hay libros y libros, es cierto, todos únicos, a su modo, pero es inevitable pensar que demasiadas producciones se parecen entre sí, más si pertenecen a un mismo autor. De todos los escritores que uno lee, uno se forma, , y por eso en un principio hay que buscarse variedad a la hora de armar la biblioteca. La conjunción de esos estilos forman al propio, el cual uno tiene que forjarlo hasta llegar al punto en que uno crea que ya sea suficientemente aceptable, punto en donde nos encontraremos recién en el comienzo. Todo esto forma parte del proceso natural de formación, hasta que uno se encuentra con libros como este, por ejemplo.

Perfección. Si tuviera que definirlo con una sola palabra, esa de seguro sería, por todo lo que el libro, deja entrever, dice y calla Porque un libro es mucho más que el autor que lo escribe y las palabras que cargan sus páginas. Un libro (en este excelso caso, una novela de mediados del siglo XX) es todo el entorno donde fue escrito, donde radica su crítica y donde s forma la concepción de un mundo y la sociedad que habita ese mundo. Por eso “Las Uvas de la Ira” alcanza y supera la perfección. Por eso alienta y desmotiva al mismo tiempo. El que lo lee y escribe, como llamo a este humilde intento, busca alcanzar el ritmo, la soltura y la habilidad de tan exquisita pluma, aun sabiendo que es de llano imposible.

Un tiempo, un contexto, nos obliga siempre a contar nuestra verdad, limitada por aquello que podemos, queremos o decidimos ver. La historia en sí es el relato que, de forma incuestionable, se considera veraz cuando lo escriben los triunfadores, y es lo que perdura en el recuerdo de una sociedad exitista pero victimizada al mismo tiempo. No se cuestionan argumentos que se consideran irrefutables por el hecho que en su formulación parecen ser irrefutables, al tiempo que la gente, al ver esto, no se preocupar por refutarlos tampoco.

La novela se basa en esto. La historia incómoda, que molesta y que no se cuenta por su contenido y mensaje, y más aún por la realidad que muestra, libre de tapujos ante el ojo de una sociedad que hizo oídos sordos y hasta se burló de una desgracia tan ajena que, en la paradoja de los desastres de hoy, se muestra irónica. Un mensaje de abandono para unos, de avaricia para otros, se dibujan en los retratos costumbristas de diálogos, personajes y paisajes, que se suceden en los pasajes del libro.

La historia en sí, es una verdadera desgracia. La emigración y un viaje eterno con visos de huída galopante plantean la triste realidad que la tragedia, cuando se ensaña, persigue, y hasta parece ser implacable. La familia protagonista se ve presa de un extraño exodo desde las tierras que le fueron expropiados por los bancos hacía el futuro incierto que espera del otro lado de un continente que abarca todas las formas de la naturaleza: Ríos, ciudades, montañas, desiertos. Y del otro lado del continente, en aquel momento la pujante California, no están del todo listos para recibir y convivir con los venidos de Oklahoma, Oregon y Mississipi, desplazados por la sequía y la ambición.

Situada en las épocas del siempre enseñado como flamante new deal norteamericano, el libro cuenta las desgracias que los libros de historia apenas pasan por arriba. Sin hacer ninguna referencia espacial o temporal, algunos indicios permiten ubicar este libro hacía finales de la década del ’30, que es cuando fue escrito, cuando la gran Depresión, ayudada por una fuerte sequía, se hacía sentir. Steinbeck no se calla nada. Es brutal en las descripciones de las desgracias, en la forma en que cuenta el derrotero de una familia completamente desposeída, que figura como reflejo de otras tantas miles que sufrieron parecido o igual destino. Los hechos nos muestran el lado de la “pujante América” que ahora todos conocemos: la intolerancia, la avaricia, el desprecio hacia sus mismos hermanos, el fanatismo ideológico que aún hoy (hoy, setenta años después de haber sido escrita la novela) perdura en muchas mentes.

Por decir eso, por no callarse nada, por mostrar la realidad diaria de esos héroes anónimos que derrotados siguen batallando (hasta en la misma última página, en este caso), Steinbeck fue censurado, su obra prohibida y estigmatizado por ser un autor que iba en contra del status quo de una sociedad fundada en la burguesía y acostumbrada a historias rosas de victorias. Todos sabemos que, cuando se ensaña un gobierno con un autor, la historia termina dándole gran parte de la razón al oprimido. Pasó con Walsh, pasó con Steinbeck, quién gano, entre otros premios, un Pulitzer y el Nobel.

La popularidad alcanzada por la novela y el revisionismo histórico terminaron creando uno de los clásicos de la literatura americana, y no se si mundial.



Otras obras dignas de mención son: La luna se ha puesto (1942), Los arrabales de Cannery (1944), El ómnibus perdido (1947), El invierno de nuestro descontento (1961) y Norteamérica y los norteamericanos (1968). En 1962 escribió Viajando con mi perro, un relato autobiográfico de un viaje por Estados Unidos en compañía de un caniche.

martes, noviembre 20, 2007

Salvando Un Post: Epitafio (Octubre del 2005)

Una de las cosas más viejas que he escrito.... Y si, hoy no hay muchas ganas de postear pero ya se verá que se puede hacer....

Saludos, che y disfruten



Desvias tu mirada
Sientes que la herida se cierra
Has perdido el antojo
De hacerte y perder tu guerra
Entonces el piso se requiebra
Y el cuchillo se resbala
A tráves de un abismo
Y te desgarra la carne, te corta la garganta

El deseo queda atrapado
Y de pronto, y de a poco, renace
Trayendo consigo el arte
De limpiar las heridas que están sangrando
En el cuerpo que quedó por ahí
Perdido en la noche, desorientado,
Buscando un sitio propicio para morir

El epitafio se borra
pero se escribe del día a la noche,
La muerte se acerca con el paso de las horas.
Será mejor que reces. No hay manera.
Sabes que se te acabaron las opciones
Todo en lo que creíste se pierde y se quiebra.
Se desvanece como la niebla en la noche.

El hilo se corta y se rehace,
Corriendo por la carretera en contramano.
La caída es inevitable,
Terminarás dentro de un ataúd claro.
Tendrás que cargarlo
A lo largo del camino
Es un precio necio y vulgar
Para venderte el perdón de tus pecados.

La noche se oculta tras el manto
Que impone el sol con su olvido
Al tiempo que sabe que
no queda más que desolación y muerte
En una tierra donde se abaten los minutos.

Esto pasó cuando me hizo creyente
Fiel de su morbosa y retorcida religión.
Cayeron el velo y el telón
O tal vez murieron con el pasado. Y su presente
Se suma a una infinita caminata
Por los confusos pasadizos de la noche eterna,
Pero al fin y al cabo se abre paso
Para empezar a segar a tantas almas en pena.

La sangre de incrédulos mortales
bañan su extinto campo de batalla.
Pero ella sonríe porque no es su primera vez,
Mientras sus cartas
(va a jugar una nueva mano)
Sobre la mesa se barajan

lunes, noviembre 19, 2007

Hasta el upite

Hoy hay una sola banda argentina que podría escribir el decálogo de como entrar a la historia de la música nacional por la puerta grande. Yo no la escucho, pero admito que mueve gente y eso que no usa ningun medio de promoción más que el boca a boca de sus propios fanáticos, y que a esta altura suman muchísimos, lo que provoca que la población aumente en 30 mil o 40 mil personas cuando tocan en el interior, caso Jesus Maria, por ejemplo, que duplico un dia su poblacion solo por un recital de estos muchachos.

Estamos hablando de "La Renga", que el sábado, tan sólo una semana después que vibrara el Galvez con la Creamfields (el año que viene voy y si no voy, es porque voy a estar muerto), lo puso hasta el culo.

¿Cuantas bandas argentinas pueden haberse dado el gusto de meter cien mil artisitas en cualquier lado? ¿Y cuantas de ellas tienen razones válidas y artisticas para seguir tocando?

Yo no escucho a "La Renga". Es más, no me gusta, y si me hubiesen dado para elegir entre la Cream y el recital, por más que valía 170 pesos la entrada, me iba para la Cream. Pero esa gente, tanto la banda como los fanáticos, estan reviviendo una cultura de estadios que parecia perdida después de lo que pasó con Callejeros, y que venía en declive desde que Los Redondos se separaron. Por eso es grato escuchar noticias como esas. Porque el rock vive y late, mueve venas y enciende pasiones.

Gracias, Renga, por darnos razones para ilusionarnos.

Vení para allá 07


Acá a la vuelta, a veinte metros cuando mucho, tal vez un poco menos, el jueves, desde las siete de la tarde y hasta el domingo, va a haber una exposición de arte, dentro de un espacio que busca transformarse en una especie de referente local en lo que a cultura se refiere. Y digamos, para ser honestos, que estando al frente de la denominada "Casa de la Cultura", la "Estación Unquillo" convoca más que el referente burocrático de la municipalidad, que creo que la unica actividad en las que he participado han sido una clase de breakdancing y la presentación de "Romagosa", de Jorge Cuadrado, ademas que ni saben los horarios en que está abierta la biblioteca Municipal. So....


Bueno, yendo a lo que en verdad interesa, una productora de arte independiente, denominada Juan Boticario, ha realizado ya está experiencia anteriormente, en una casona en Villa Allende, y ahora quieren repetir aca en Unquillo, lo que es bueno pa' la gente de por acá, ya que la principal actividad cultural del pueblo son los corsos y todavia falta mucho para eso, y todo el año queda vacío, por lo menos a lo que oficialmente se hace en esta materia, ya que la mayoria de los recitales, presentaciones, exposiciones las hacen bares temáticos ubicados (y escondidos) en diversos lugares de la serrana localidad.


En fin, Juan Boticario, en palabras propias, se definen como "el medio donde el artista pueda reflejarse y desarrollarse desde que se inicia como tal, proporcionando todo lo necesario para que esto pueda lograrse, permitiendo la consolidación de la persona como tal y como artista".


Esta bueno que pasen cosas como estas, porque digamos que el arte, desde que perdió el nicho académico con el que venía caracterizado hasta principios del siglo xx, se ha transformado en diversas propuestas ideologicas, tematicas y esteticas, que provocan una seria diversidad y una gran propuesta que no siempre tienen espacio para darse a conocer.


Un antecedente a esta exposición, se me ocurre, podría ser la expo de stencils que hubo en el Centro Cultural España-Cordoba a finales del año pasado, y que provocó una estallida en estas intervenciones urbanas callejeras clandestinas.


En fin, si quieren tener más datos sobre lo que se viene el jueves y promete durar todo el finde, les dejo los links



One for the road

"Una para el camino"



La voz nacía entre las grietas de la memoria y se convertía en un grito real que latía sobre sus sienes, movilizando asi el aura que ostentaba encima de su mente. Los recuerdos de una noche digna de olvido permanecian expectante para abalanzarse sobre el espejo y mostrar figuras irreales en los contornos de las ojeras, los labios resecos y en el chupón que asomaba por la base del cuello.



- La puta madre - murmuró, mientras veía el recorrido del agua haciendo un remolino al fondo de la pileta.



En su cabeza, un dolor punzante lo obligaba a mirarse con detenimiento y descubrir en las orbitas rojilineas que contorneaban sus ojos azules alguna respuesta al vacío oscuro que pendían sobre algunas horas. Tenía la lengua reseca y la garganta colmada de arena, preguntas y vacilantes respuestas, que más que respuestas eran excusas.



Miro por encima del hombro, a través de la puerta, y descubrió su tierna belleza asomandose desnuda por entre las sábanas, respirando tranquilamente y abrazada al espacio vacante que su cuerpo había moldeado sobre ese colchón. Él la miró a través del marco de la puerta y en su corazón se despertó una angustia celosa de pasos y melancolías, a contra mano de lo que surgía por otros lados de su cuerpo.



Volvió a mirar al espejo, tratando de escapar a la hipnotizante piel tersa que invitaba a la caricia y a la perdición. Vio en su rostro la tentación y el fraude, el ansiado placer y la inminente desgracia de tener que volver pronto a una tierra plagada de excusas y sinsabores.


Salió del baño y dejó el agua corriendo, para llenar el silencio con el ruido de una cascada lejana perdida entre zumbidos, bocinas y el paso pesado de los camiones. Afuera, más alla de la luz mortecina que se colaba por la persina mal cerrada, un mundo se ponía en marcha y hacia correr las agujas del reloj que tenía en delante de la cama, encima del televisor que funcionaba a monedas.



La miro, con cierta timidez que la noche anterior no había poseído, y con una mano recorrió la piel dorada, sintiendo como despertaba en su pecho las contradictorias emociones de amaneceres desprolijos. Era hermosa, no podia dudarlo. El cabello morocho apenas se había despeinado y el rojo carmesi de su pintura para labios mostraba la frescura de las estrellas palpitando bajo la noche. Plateada, la luna parecia demorarase en los ribetes de la palidez sin broncear de sus senos.



Tenía en sus labios el sabor de su lengua y en sus oidos las palabras que habian empezado ese derrotero



- Es tan solo uno más para el camino.



Suspiró y, sin importarle demasiado, del cajón sacó un arma y disparó.



Cuando uno estaba dispuesto a traicionar, tenía que jugarse al todo por el todo.

sábado, noviembre 17, 2007

Do The Evolution

Mi nuevo ringtone, cortesía de Andrés, el chabón al que les escribi las canciones más abajo, es esta excelente canción de Pearl Jam....




Disculpen el post rápido y hasta insulso. ando a las apuradas y me tomó mucho tiempo escribir esto

Nos estamos viendo, che!

Suerte a todos y buen sábado

viernes, noviembre 16, 2007

Dos canciones

En fin, dos giladitas de tres (la otra me la olvide en casa xD) que escribi para un compañero del trabajo que me pidio una mano en cuestion de letras, y esto es lo que salio. Sepan disculpar la rima tan certera y la metrica un tanto fija, pero como canciones tienen que tener ritmo y rima, porque sino se aburren los que escuchan y se vuelven boludos los que la interpretan.

Las dos canciones no tienen titulo y son, mejor dicho, un par de poesias a las cuales no les vendrian mal un touch de musica, eh? Digan ustedes que piensan.

Cancion 1:

Al pie del cielo
levanto mi tumba
como triste recuerdo
de mi voz
que ya es muda.

Marco con mis pies
el inicio de la batalla,
y con el reflejo de mi espada
vidas que no soñe.

Con la mirada
en tus ojos veo
cual inutil deseo
guerras y batallas.

Caminar si oir,
un regocijo inmortal
como tener que matar
por el derecho a morir

En paredes escribo
letras inmemoriables
que no seran leidas
tal cual desastres.

Un grito de silencio
nos toma por sorpresa
y a mitad de la vida
nuestra alma cercena.

Bajo espejos de arena
descansan los restos
junots a pesados fragmentos
de reflejos y esperas.


Cancion 2:

En el valle se amontona,
entre vidas y espectros,
los despojos y restos
de almas sin memorias.

Los cuerpos fetidos
bajos los verdes arboles,
vibran con pequeños roces
de placeres sin recuerdo.

Dejando pasos atras
la tibieza de la arena
encuentro delante de mi
un mar pleno en penas.

Desdibujada su sonrisa
puedo verla entre cadenas.
Su belleza tirita eterna
entre la sangre de la herida
cargada de pura miseria.

martir en la hoguera,
elijo la verdad a callar
entre el destierro y matar
elijo la pena mas severa
Podran flaquear mis piernas
podra mi boca querer callar
podra mi vida escaparse
pero en mi la paz triunfara

Ante los ojos de la llanura
dejo la inmundicia a mis pies
hoy no hay ecos que callen
ni llagas que quieran ser.

Los fuertes pronto caeran
y quedara las paredes
sostenidas por la desdicha
de ver triunfar la libertad.

jueves, noviembre 15, 2007

Cambios que se ven y otros que no...

Bueno, voy a lanzar oficialmente la nueva plantilla con todos los cambios que les he hecho...

Primero, no esta la columna egocéntrica donde mostraba lo que había leído hasta que me cansé de actualizarla (Espero que no hayan creido que estuve desde julio hasta estos días leyendo "Code: Red Rabbit", de Tom Clancy), y en su lugar he puesto un blogroll con los blogs de gente linda que escribe lindo (forma cursi de decir que son los que más seguido leo), que son un poco menos que los que hay en la entrada vieja en la que hablaba del reader.

Segundo, la columna esta pelada, pelada, pelada, porque no he encontrado cosas con las que me guste llenarla, asi que si quieren envia banners y webaditas lindas (y utiles, si tienen alguna xD), remitirlas a mi mail o dejar un bonito comment en esta misma entrada.

Tercero, podrán notar que la barra que estaba debajo del banner (cuyo modelo fuí yo y me gustó el resultado y no soy narcisista lalalalalala) tiene un uso y no está de mero adorno, ya que sirve para visitar mi flog, mi photo log (ojo que no es lo mismo) y demás giladas que ire agregando en tiempo en que vaya haciendo algo que sea digno de una mención permanente en una barra debajo del bonito banner.

Cuatro, puse de vuelta el código de Google Analytics, ya que me llevé el cagazo de mi vida al ver que en dos días las visitas habían caído de 43 diarias (el lunes) a una (ayer), y que no aparecían contadas las que estuve haciendo yo con motivo de ver como mierda iba quedando la plantilla. En fin, hilando fino, me dí cuenta (que el blog sea aka-idiota no significa que yo sea tampoco un soberano pelotudo, che) que al reemplazar la plantilla el código había sido kaput!...

Cinco, la parte principal (que es donde leen esto) es más estrecha que en la anterior plantilla, asi que, por más que escriba dos boludeces, se va a hacer eternamente largo, más si usan una configuración de pantalla de 800 x 600, que al blog le calza justo, pero queda para el tuje con otras cosas....

En fin, son pequeños cambios, pero que significan un nuevo nacimiento, un enfoque más 2.0 (!) a esta cuestión que la web, hoy por hoy, se encuentra al alcance de todos.

No vale putear al autor xD

Saludos y dejen comments (parezco un puto flogger escribiendo)

Matías

<< Y a la mona idolatrámos >>

Así decía una canción que definía una de las condiciones que teníamos que tener los cordobeses...


Este post puede hasta que sea demasiado "desubicado" para los tradicionales defensores de la cultura tradicional, que reniegan de los tantos cambios que se han dado en los últimos años, más aun después del estallido del internet y, en el ámbito social, de la crisis que hundió a media Argentina en la miseria.

No se crean que a mi no me sorprende estar escribiendo estas líneas, teniendo un gusto musical bien definido y al que defiendo casi hasta la testaruda ultranza. Pero me parecía que debía darle cabida, no sólo porque la temática del blog lo requiere (cuando dije que iba a hablar de "cultura", lo dije en serio, aunque a veces me vaya por las ramas), sino porque ya que hice mi defensa sobre el metal, me parece que debo tomar la posta con otros ritmos, más populares y muchas veces criticados por la sociedad elitista, quienes se reservan la definición de cultura para lo que ellos creen que es cultura, y por algunos medios sensacionalistas que comparten esa ideología de definir la cultura por lo meritoriamente artístico de algunas personas.

Algunos podrán haber leído entre líneas, otros no. Pero hoy voy a a hablar, sin importar de que me tilden, de Carlos "La Mona" Jimenez, el popular cantante de música cuartetera, que en estos momentos debe estar haciendo delirar a cerca de veinte mil personas en el complejo Forja de la ciudad de Córdoba.

Tildar de "snobs" a las personas que dicen que el cuarteto no es cultura, o que sus representantes no pueden pertenecer al ámbito cultural, es quedarse cortos. Primero, por el hecho simple y llano que cualquier expresión artística, sea popular o más "sectaria", intelectual o no, son culturales, ya que poseen un mensaje que identifica a un grupo social o a los códigos que este maneja, además que busca lograr cierta trascendencia en otros ambitos, que generalmente se les encuentra vetados, debido a cierta resistencia que encuentra la gente a cambios que podrían ser vertiginosos.

No confundan mis palabras: No escucho cuarteto, no me gusta y menos que menos iría a un baile. Pero respeto la libertad de la gente que si escucha, que les gusta y que va a esas fiestas, como me gustaría que respetaran mi libertad para ir siguiendo el ritmo de Slipknot, Rammstein, House of Pain, Almafuerte o The Chemical Brothers moviendo la cabeza en el bondi, yendo a sus recitales (hasta ahora cumplí uno de esos cinco, pero bueno xDDD, por algo se empieza) y vistiendo determinada ropa que se asocie a ese código. Yo estoy en mi derecho, como ellos están en el suyo. La libertad es lo que hace grande a los hombres que permiten a los demás ser libres.

El cuarteto tiene un origen bastante lejano ya, allá por la década del 40, con un conjunto de bandoneón, bajo, piano y voz, denominado "Cuarteto Leo", que inventaron la música que, debido al ritmo repetitivo, fue denominado "tunga-tunga", y es de ahí donde queda puesto el nombre con el que es conocido en muchos ámbitos. La "Mona" Jimenez se formó, por decirlo de algún modo, escuchando estos primeros conjuntos y se nota mucho en su música, que si bien ha evolucionado (y bastante: fue uno de los primeros en integrar percusión en el ritmo), mantiene esa esencia histórica, que los conjuntos originales han cedido en busca de ser más vertiginosos, por lo que terminan haciendo salsa, merengue u otro ritmo tropical indescifrable (por lo menos para mi oído xD).


Entonces, el cuarteto, como música, tiene un origen definido, tiene arraigo, tiene seguidores y bandas que lo renuevan, aunque no podría decirse que instalen vanguardias dentro del género. ¿Por qué hay tanta gente que se esfuerza en no calificarlo como cultural? ¿Por qué es popular? ¿Por qué carga con cierto dejo de vandalismo y criminalidad histórica, asociada con los barrios bajos? Si es por eso, ¿no tuvo el tango (una de las principales exportaciones culturales argentinas) un origen bastante (decir "idéntico" parece una obviedad) similar?

Además, tiene referentes. Jean Carlos, La "Mona", Tru la lá y La Barra, entre los más jóvenes, son personas cuya opinión es escuchada y compartida, no sólo a través de las letras de las canciones, sino en cada declaración que hacen a los medios. Hay otras bandas también, pero, repito para dejarlo bien en claro, no escucho este tipo de música.

En pintura tenemos referentes, tanto locales como nacionales. Igual en literatura. Igual en la música folclórica y moderna, que son consideradas expresiones culturales válidas por propios y ajenos. ¿Por qué quitarle al cuarteto esa misma oportunidad de ser considerada parte intrínseca de nuestra sangre mediterranea, asi como todos los elementos que circulan con ella?

¿Acaso el fernet con coca se popularizó en las raves? ¿Acaso la popular sangría nació de una afortunada mezcla de limones con vino tinto?

Tomemos un caso de identidad cultural, y de producción propia y legítima. Carlos "La Mona" Jimenez hoy presenta su álbum número 76. Setenta y seis. Más de tres cuartas partes de un centenar. Si no es uno de los artistas más prolíferos del país si que le pego en el palo.

¿No vale eso para certificar que hay una movida cultural bastante importante en torno al cuarteto? ¿No se asocia, en el caso de Córdoba, al ritmo con la fiesta, la alegria y hasta la primavera?

¿o por el hecho de ser un ritmo marginal es justificativo suficiente para mantenerlo fuera del halo oficial y selecto de la "cultura" tradicionalmente aceptada?

Como fanático de Almafuerte, Rammstein, Hernán Cattaneo y Carlos Alfonsín que soy, pido que se respete a esta gente, a sus valores y sus modos de expresión, a las formas que tiene de poder delirar dentro de esta realidad que es dura para muchos, porque la mejor manera de fomentar el respeto y la tolerancia es practicando ambas.

Saludos y gracias por leer...

Matías..

miércoles, noviembre 14, 2007

meme: 5 cosas a la que les tengo cuiqui

Capuchas (Naty, tal cual su nombre terrestre, del ex blog de los pescaditos) me pasa este meme donde tengo que poner cuales son las 5 cosas a las cuales les tengo un sincero y llano cagazo. Podríamos decir que el miedo es una forma de reacción psicológica y fisica ante situaciones de extrema ansiedad, en donde la duda generada es capaz de ponernos los pelos de punta, se dispara la adrenalina y nos ponemos a decir demasiadas pelotudeces.

Pero, como no nos preguntaron nuestra fuckin' opinión sobre lo que es o deja de ser el miedo, pasemos a lo que se nos ha dicho: Cuales son nuestros cincos peores miedos.

1) Que alguna radio descubra "Chicle de menta" y lo pase todo el maldito dia.

2) La muerte (inevitable e irrevocable) de algún ser querido.

3) A no poder escribir jamás

4) A que me pase lo que Borges dijo con tanta maestría:

"nadie rebaje a lágrima o reproche
esta declaración de maestría
de Dios, que con magnifica ironía,
me dio a la vez los libros y la noche"

5) Publicar y ver que no soy tan bueno... cosa que desembocaria en el punto tres.

Como es deber de quién les sirve pasarselo a otra gente para que confensen sus vergüenzas, se los paso a

Pablo
Agz
la Pame
Heladero...

So.... Go for it...

Fear of darkness? Ha!

martes, noviembre 13, 2007

Cambio de Cara

Sin ninguna razón en particular, decidí cambiarle la cara al blog, porque medio que me estaba cansando la planilla vieja (que era full custom... la re cagué a chirlos a la pobre, je) por algo más nuevo y limpio, alegre y todo lo demás.

Espero que les guste, porque es la que va a quedarse hasta fin de año, a menos que pase algo que amerite un cambio radical de planilla (ya saben: peliculas, premios, libros, ¿quién les dice?)

Bueno, por ahora me voy retirando. Hace como 3 horas que estoy metido en esto pura y exclusivamente...

Saludos

Matias

domingo, noviembre 11, 2007

Vida

La vida es
tener el arma en la mano
y el sabor de la herida
latente en el pecho.

La vida es
hacerle oídos sordos
a los gritos de muerte,
y frente a las paredes
oscuras
negras
inminentes
decidir estallar
en un atisbo de luz,
perdido
en las horas mudas
de la ciega indiferencia.

Veré pasar
la intrascendencia
de sentirme humillado,
ante las caras falsas
que reniegan el cálido abrao
de la verdad y la gloria,
esperanza única

la primera
de poder caminar sin cadenas.
La vida es
un murmullo que nace
en la voz de los oprimidos
para dejar un vestigio
de su paso por la historia.

sábado, noviembre 10, 2007

Metal = Cultura

Uno de los mayores problemas que carga consigo el género de metal es que se lo considera, dentro de lo que es el rock como género, como una subdivisión burda y tribal, cargada de ignorancia, cuyo estandarte de batalla es un ritual de apariencia pagana y ribetes un tanto satánicos, por la iconografía adjudicada a lo largo de su carrera (pagano por las letras nórdicas, satánico por las constantes referencias que hubo al Gran Señor de las Tinieblas (va en broma, che) en los inicios, remotos ya, del género.


Por eso el grueso de la gente trata al heavy metal y hasta el punk (vale aclarar que la gente que crítica estos ritmos son personas al que le molesta cualquier forma de armonía que salga de lo que ellos consideran "buena música", y que resulta ser la música que pasan a cada rato en la radio) como un genero formado y destinado para puros y meros ignorantes, incapaces de hacer otra cosa que "agitar esa melena" (nota del autor: se llama "headbanging") o de hacer "ese baile tan violento que tienen" (conocido, popularmente, como "pogo").


De las letras no opinan, ya que el "ruido" los confunde y no les permite escuchar nada más que el riff de entrada de la canción, tras lo cual empiezan a poner excusas con el fin de no tener que ceder un ápice en una decisión tomada y fundamentada en la pura, lisa y llana terquedad.


Me toca a mí, desde este humilde espacio, defender a la música que más me apasiona, sea cualquiera el momento en que la esté escuchando, porque hay mucho más que la añeja y caduca imagen que aún está metida en las cabezas de todas esas personas.

El metal, como cualquier ritmo musical, tiene sus costumbres y su forma de moverse, de conformarse como grupo social, mediante las personas que van a los recitales o que no, que simplemente la escuchan porque es algo que les llena el alma.

Es cultura, porque tiene un mensaje y tiene medios para enviarlo, y porque hay gente que responde a ese mensaje de distintos modos, mediante la musica que produce, la forma en que se viste, los gestos. Y creo que de no haber sido por la falta de apertura de la sociedad hasta habría un genero literario con la fuerza y la vibración de sus sonidos.

Pero se lamenta lo que pudo haber sido cuando ya no hay forma de recuperarlo. Como cuando Talleres le ganó a Belgrano, por ejemplo xD

viernes, noviembre 09, 2007

Contraste

Silencio profanado
a una ciudad que grita
tonos grises y celestes
en invisibles serpentinas
de desgracias incoloras
y esperanzas oníricas.

Puedo leer
en tus labios sellados
las impolutas voluntades
de callar los sueños inquietos
que copan las calles llenas
de temores, rostros y disfraces.
Decido abrazar la elipsis
de tiempos pasados
para poder negar
el futuro que se encierra
en la profunidad oscura
de tus ojos negros.

Contrasta la tranquilidad
de la respiración bajando
y subiendo
bajando
y subiendo
por tu pecho,
con el alarde de locura
y embriaguez que transmite
una ciudad de imágenes efusivas,
que se pierden en la distancia
recorrida detrás de mis pasos,
con el afán de convertirse
en parte de mí y de mi rastro.

Ahí afuera nos espera
el elixir desesperante,
el ruido, la insensatez
de inconexas realidades
fríamente coloreadas
por ajenos fantasmas,
que en tu sueño foráno
ni reflejos de lo que son, son.

Sentado en la inmensidad
expectante del mundo
de vidrio, metal y misterio
que me arrebata,
amarte decido.
No a ti ni a tu celestial figura,
sino al silencio de tus sellados labios,
orgullosos en la victoria
del mutismo frente a los tonos
grises y celestes
que aturden disfrazados,
dentro de mi ciudad oscura.

Big Mac


Dejo escrita una futilidad en una servilleta anónima entre las tantas que me rodean, con ningún afán de dejar rastros de autoría o sensibilidad estilística, desde el vamo' sabiendo cuan inútil es trata de lograr la trascendencia más allá de una cotidianeidad espantosa y común a todos quienes me rodena. Presos en un barco suelto a la incierta deriva, junto a ti y junto a ella, dentro de un abismo más grande que la oscuridad abismal de las noches de eclipsadas soledades.
Intrascendencia. De todo. Alma, cuerpo y mente. Sollozos, sonrisas y abrazos. Fantasmas de ideas basadas en una concepción idónea y errónea de un mundo aborrecible. ¿Qué tan reales son los granos de arena que se precipitan con las horas? ¿Cuán real es la figura que corresponde a mi imagen en ese nefasto laberinto de reflejos? ¿Y la que se interpone entre mi sombra y la luz? ¿Hay sombra? ¿Hay luz? Parece incluso insensato responder entre todas estas desgracias a unas preguntas que, en el día a día, resultan ser banales y bastante comunes.

Soy desecho de una piedra. Las letras que errantes forman una palabra que desea ser triunfal en la inminente derrota. Soy las batallas perdidas. Un aforismo grabado a fuego en la luz parpadeante de las estrellas. Soy una respuesta y la pregunta que la precede.

Intrascendencia, ante los ojos de la antología equívoca de pasos olvidados e imágenes fugaces.

Aunque, es cierto, hay veces que logro atisbar un fragmento de verdad dentro de estas condiciones de perpetua desidia. Son pedazos minúsculos de arco iris que se logran entrever entre gota y gota de lluvia, en las iris perladas de los ojos inquisidores y también de las miradas tímidas. Parece que ahí podría encontrar un cacho de esa paz gratificante que nos da la certeza.

Pero irremediablemente la pierdo, justo cuando siento el furor y el calor subiendo por los dedos de mi mano, ante la cercanía inconclusa del conocimiento universal, libre de disfraces mordaces utilizados para confundirnos. En esos momentos, siempre en ese apogeo de real clarividencia, sucede que entro dentro de ese torbellino de ilusiones burdas.

Siempre la pierdo, y termino preguntando:

- ¿Quiere papas con ese pedido?





En honor a los muchachos de McDonald's, que deben de ser muuuuuuuuuuuchoooo más interesantes que los que el uniforme les permite.

jueves, noviembre 08, 2007

Pasillos

Hay algo de intriga en los laberintos ocultos de los pasillos. Uno puede respirar un cierto aire de recovecos ocultos en la inmensidad palpable, como si algo o alguien se quisiera ocultar en los espacios visibles, detrás de sombras inexistentes, a la espera de algo...



O puede que sea la paranoia, nomás


Disclaimer: la disquetera de mierda fraguó un post de puta madre. Concha suya...

miércoles, noviembre 07, 2007

De vueltas que no son o "Put on your shit kickers and kick some shit"

Hoy voy a permanecer ajeno a la promesa reiterada que voy a postear seguido. Soy una persona inconstante, en casi todo lo que hago menos en la lectura, la gran pasión que entorpece mi ejercicio estilístico y, a momentos, periodistico.

Por eso hay momentos en que impasses (¿se pluraliza así?) como los de la semana pasada y finales del mes de octubre (leer "de sinonimos boludos y otras formas de alargar un texto en forma innecesaria (fragmentos)", del autor Reinaldo Ernesto D., compilado de diversas formas y elementos que permiten alargar hasta el hastío o fastidio de lectores y autores textos carentes de virtud alguna por parte propia) son necesarios para tomar un aire y dar un nuevo enfoque a las cosas, cuando uno siente que esta al borde de tirar todo a la mierda y ponerse a hilar canastas.

Uno piensa, piensa y piensa, dejando pasar todo. Tengo que acabar con el pensar tanto, porque termino desechando las ideas y el tiempo, ya que no aprovecho ni uno ni lo otro.

En palabras de House of Pain... "Put on your shit kickers and kick some shit", que, en interpretación libre, para aclarar, vendría a ser algo así como "a ponerse a trabajar"...

Y no digan que vuelvo, porque en verdad nunca me fuí...

PD: ¿Que tul el mati fotografo?

martes, noviembre 06, 2007

Crónica 1

Hay un silencio, que desciende de mil silencios peores, colgando en el desolado paisaje, en compañía de fantasmas de sucesos que despertaran lágrimas y risas días atrás.


Hay un eco que desciende de mil ecos, ecos de los roces de las ropas, de los gritos, de los murmullos y el devenir de las miradas que se enmarcaban en los sudados rostros de los actores principales de aquella tragedia instaurada en lo más profundo de la memoria, y rescatada en las figuras eternas detenidas en el tiempo.


Serás tú, seré yo, quienes hagan propias las palabras que relatan la épica de una tarde aciaga ante los ojos de un cielo que negaba su existencia terrestre, émulos en la tarea de ser Homero en el desconocimiento de una melodía que tocaremos a oídas.


En la fibra íntima de nuestras almas haremos usos de los tonos de nuestra voz, de la avidez de nuestra memoria para recordar u olvidar, para hacer de todos o de algunos aquellos sucesos que se pierden en las almas de los hombres y en la rigurosidad de las estadísticas, pero cuyas imágenes quedan grabadas a fuego en las retinas de los testigos que deciden enmudecer.


Empezaremos, pues, a relatar una batalla entre titanes que no fueron más que hombres en un exiguo pasaje de cemento y césped, teatro moderno donde la gesta de las Termópilas se vivió de nuevo, con el protagonismo de treinta mil almas y la mirada expectante de miles en las butacas de una ciudad colapsada en la ausencia.

Fueron once y once, cantaremos ante las paredes mudas y ciegas para que puedan imaginar, pero a su alrededor latía el odio de seres que pedían muerte a unos y glorias a otros, mientras los minutos se disponían a corre en una suicida carrera hacía un pasado inexistente dentro de las vírgenes mentes.


No hay concepción más errónea que la idea de escape que imperan en las horas vividas, como si haber transitado esa senda nos imposibilitara de volver a recorrerla alguna vez. También lo es pensar que las cosas que vendrán esperan distantes mientras nos acercarmos, o se acercan lentamente, de acuerdo muere el tiempo en nuestro pasado. Todo eso es una falacia. No existe tal cosa como esa concepción del tiempo. Todo es ahora, ayer y mañana. La fotografía que recuerda el grito desesperado de gloria es la garganta misma que grita con pasión, en ese instante que es todo y es uno, porque abarca la pasión y la victoria de uno, y la deshonra y derrota de otros.


Todo eso habrá que cantar, reviviendo fantasmas que son recuerdos de ecos que de ecos que descienden de mil ecos, ecos de las gargantas que claman, de las bocas que enmudecen y de los ojos que niegan. Ante el mutismo de una multitud, el clamor de guerra y victoria se levanta todos los días en recuerdo de lo que acontece, eternamente, en las Termópilas.


Lo que cuentas tú, lo que cuento yo, es un relato de la posteridad y del pasado. Es un murmullo apagado o una voz que nace. Es silencio entre calles que rugen todos los días, es el ensordecedor estallido que rompe la afonía de los orantes. Es el semblante victorioso de Leonidas, aún en la muerte, detrás de su escudo y encima de su caballo.

Serás tú, seré yo, quienes diremos que vivimos la épica gloriosa de una batalla que es todas y que es ninguna, que fue recuerdo y porvenir, desventura y desesperanza. Serán ellos, serán ustedes, quienes callarán y aturdirán con la expectativa de la experiencia, nacida en el atisbo de la penumbra de la guerra.

Dirás, diré, que hubo silencio y griterío al mismo tiempo, en gargantas opuestas y símiles, la tarde del tres de noviembre, eterna y póstuma, inmune al tiempo que tanto nos persigue.

Dirás, diré, que veintidós hombres se disputaro la burla de ser vencedores y vencidos. Nada de nuevo hay en esto, ni épica en la contienda que arrastra sus historias. Pero once de esos hombres tenían el aliento fervoroso de treinta mil anónimos soportando sus espaldas, mientras que otros once lo soportaron como un filo burdo colgando sobres sus nucas.

Ahí es donde radica la épica, gritarás, gritaré. En el filo cortante que pende sobre cabezas que desconocen el final de la búsqueda, pero que siguen buscando más allá de la esperanza de encontrar un final.

Todo comienzo es un final. El inicio es el final de la espera, así como el final del inicio es el inicio de un nuevo final.

Preguntarás y preguntaré si no piensan eso las gargantas anónimas que callaron en el minuto veintiseis, ante los inicios de una derrota y los finales de una agonizante esperanza. Preguntarás y preguntaré si no piensan eso las voces, que atronadoras surigeron desde las calles de una ciudad enmudecida, en el final de la espera, en el inicio de la victoria.

Hubo una muralla después, surgida de la nada. Por eso el tiempo no existe más allá de lo que creemos comprender. La pelota cayó lenta, desesperadamente, y la batalla se silenció para contrastar el grito de que surgía de los once que sentían el aliento como punzantes espadas en sus nucas. Para unos fue una eternidad, para otros un instante. Todo se desvanece ante las miradas y sus parpadeos. Sólo un resto, un dejo, un eco que desciende de mil ecos, queda ante nosotros para ver. Por eso congelamos la imagen de un abrazo que es, en verdad y en mentira, eterno.

Pasaron los minutos, o simularon pasar, ante los ojos, oídos y rostros atentos, hasta que el final se hizo inicio. Murió una esperanza, ante el mudo estupor. Nació una convicción, ante gargantas rugientes ávidas de un nuevo amanecer.

Eso que cantarás tú, que cantaré yo, será la victoria del tres de noviembre, en la batalla de las Termópilas, en el Estadio Córdoba del Chateau Carreras, de Leonidas y sus diez, frente a otros once, que eran treinta mil espadas, o la derrota de Belgrano ante Talleres, frente a once hombres, que hoy buscan ser mármol para la gloria.

Es por eso que hay un silencio, que desciende de mil silencios peores, colgando en el desolado paisaje, en compañía de fantasmas de sucesos que despertaran lágrimas y risas días atrás.

lunes, noviembre 05, 2007

Me verás volver

Nop. Nada que ver con los recitales que Soda Stereo ha hecho los últimos días en la cancha de River Plate, que, sumado al que harán el 21 de diciembre para cerrar la gira, alcanzarán la cifra total de nueve (que sumarían algo así como .... muchos centenares de miles de personas) e igualarían a los Rolling Stones, o por lo menos eso escuché.

Pero ese es otro tema. Hoy digo "Me verás volver" porque, en las inhóspitas tierras asiáticas, es muy probable que haya un raqueta argentino, disputándose la gloria en el cemento y tratando de repetir, no sólo lo logrado hace dos años, cuando levantó un 2-0 abajo, sino también lo que ha logrado estás dos últimas semanas, donde bajó dos veces a un helvético superheroe y a un gollega que se le entanga el pantalón a cada rato.

Estuvo en la tierra del equipo más famoso del mundo, y triunfó. Paseó, una semana después, por los Campos Elíseos, las tierras galas, y volvió a triunfar.
Está en su mejor momento, el chico aquel que sabe caminar de tanto en tanto por estos serranos pagos.

"Me verás volver / a la ciudad de la furia"

Hoy, Buenos Aires cedé su título de caos ante la carpeta que espera en Shanghai.


Quisiera poder poner más excusas



Quisiera poder poner más excusas.

A lo mejor dejé pasar el tiempo sin darle la importancia que debía. O a lo mejor lo estoy sobrevalorando reflexionando sobre si le he dado o no suficiente importancia. Ahora eso importa una mierda, para ser honestos.

Si pudiese tener un arranque poético parafrasearía a Julio Cesar. Alea Iacta Est. Pero sería falso. No llevo su porte de líder, ni el peso de las decisiones ajenas encima de mis hombros. Sólo tengo una decisión para tomar.

Tal vez mañana figure en alguna crónica.

Pero, para ser honestos, me importa muy poco. La suerte esta hechada. Sí. Podría servir aunque carezca de dramatismo suficiente.

Tendría que tener un título llamativo. Algo que refleje con claridad el poco tiempo que tenemos, el pesado aire y el manto de tensión que nos envuelven.

Quisiera poder poner más excusas.

Respiro profundamente. Miro a esa persona allá a lo lejos, pero que puedo sentir tan cerca.

Tiene miedo. Sus ojos y su pose no me engañan. Ya se encuentra abatido. Este es su final.

Quisiera, desearía, rogaría. Mas no hay nada más para decir. Decisiones son decisiones. Propias o ajenas, no dejan de serlo. Inamovibles.

Sólo somos él y yo, dos lados de una misma carta. No hay nadie más. Tan parecidos, pero en suerte tan diferentes, que no nos queda más que jugarnos en reflejos dispares.

Cierro los ojos, encomendándome al azar.

Corriendo en contra del silencio, cruzo el Rubicón.

Quisiera poder poner más excusas.

A mis espaldas el rugido de multitudes despierta de su contenido letargo. Gritos desgarradores que al unísono forman una sola voz, que se leve hacia el cielo en busca de despertar iras y pasiones, nacida de mil pulmones.

Abro los ojos. El segundo acto. Él esta ahí, abatido. Con la mirada propia y ajena perdida en mil abismos a mis espaldas.

Corrí hacia el destino que nos unía. Pero con la suerte como acompañante, si es que la suerte se juega finalmente por alguno.

Hubiese querido…

Hacia mi viene la infinita gloria. Hacia mi caen los infinitos cielos.

…poder poner más excusas. Pero fue gol.