jueves, febrero 14, 2008

intitulado 14.02.08

a.vos.¿a.quien.mas?

Hay en mi futuro,
o en mi pasado,
(todo termina mezclándose
y dándole a todo un sentido
de íntima pertenencia)
un valle cubierto
de hojas caídas,
durante un otoño seco
acontecido durante
los pasos del camino que recorría,
o recorreré.

En el centro de ese valle
está el nácar reflejo
de una laguna inmemorial,
tan calma sus aguas
en el agite de los vientos
que más espejo de oníricas costas es
que sepulcro eterno del
silencio que me atañe.

Todo esto
es de a oídas
(¿saben?).
Una vez creí ver
un reflejo plateado
sobre las ocres aristas
de un sitio plagado
de cuantas cosas
pudieran existir.
Pero no,
fue solo creer ver,
para darse cuenta
que uno extraña
lo que tan cerca estuvo,
por más fantasmal
que haya sido
aquella lejana
ausente
perlada
presencia.

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