Soñé
con el embrujo alucinante
de tu entrepierna salteña
y la dulzura de tu voz
acariciandome.
Soñé
hace ya no se cuanto
con tu dorada figura
de encanto angelicales.
Pero fue.
Un sueño que se sueña
ya es caduco
y pasa a formar parte
de un recuerdo inexistente
porque
es obvio
no fue.
Hoy hay
asi como te digo
un punto
luz, tal vez,
brillando en la noche
eso se llamaria, entonces, estrella
pero no es estrella, no señor.
Las estrellas no duelen
al menos que sean
en dibujos animados, y esta
duele
la puta si duele
es mirarte pasar y hablarme
y no poder decirte
que soñe con tu voz
y tus piernas
y el embrujo de tu figura,
alentadas y creadas
por el murmullo lejano
del ventilador.
miércoles, enero 23, 2008
Intitulado 23.01.08
escrito por Matías Orange por'ai, cerca de las 8:06 p. m.
una caradureza llamarlo anda a saber..., cueck, intitulado, poesía
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2 sorprendidos por semejante idiotez:
entrepierna salteña...muy interesante
y si. yo conozco salteñas muy bonitas xD
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