El violín es una lanza,
hecha de violenta fantasía,
en donde se agrupan tu piel
tu mirada
de ojos marrones
y la satinada belleza
dorada
que te envuelve
Bajo notas espectrales
reímos bajo el sepulcro
de una melodía
imperecedera, mil veces
bailada,
pero que a nuestros oídos
se torna antojadizamente
nueva.
Emborrachan las luces
y el difuso amanecer
arraiga tu llanto
a las aguas
inmóviles,
y tratamos de olvidar
esas cicatrices
que se asoman
por debajo
de nuestros pesados
silencios.
El violín te enajena
como un sueño que levemente
cede el paso a la vigilia.
Un destello violáceo
recortando el anaranjado
horizonte.
Las notas estridentes
el pulso
todo o nada
son dos cartas, y
la música
que no se calla
hasta que te vas.
Así es la noche, envejeciéndose .
Y te fuiste,
frente a un río inmóvil,
que me mira sin nombre.
sábado, diciembre 29, 2007
Tres
escrito por Matías Orange por'ai, cerca de las 7:39 p. m.
una caradureza llamarlo anda a saber..., cueck, literatura, poesía
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3 sorprendidos por semejante idiotez:
"Y te fuiste,
frente a un río inmóvil,
que me mira sin nombre."
Qué buen final! Me encantó...
Saludos.
Gracias, Pablo!
Que tengas felices fiestas!
matias
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