sábado, octubre 20, 2007

Ser Joven

Entre el perfil recortado
de las macizas montañas
que oscurecen el horizonte,
se puede ver lo que se reconoce,
sin mediar alguna palabra,
como el tiempo que nos va matando.

Se recuerda entonces,
mientras la luz se apaga
y muere el eco sencillo
de lo que llamamos vida,
el viento que corre
sin dirección aparente
entre otroras calles vacias.

Corre el viento, de ligero andar,
moviendo una memoria
de imagenes, fragancias y sonidos,
de cartas sobre la mesa, sin suerte
alguna de mostrar su imagen
a un rostro despreocupado
de vivaz y desdentada sonrisa.

Corre el viento, de esquiva gambeta,
entre los gritos y el vaiven del juego,
empecinado en conocer derrotas,
efímeras lágrimas de furia, antes del abrazo,
del mudo grito de gol y victoria.

Un cuadro pintado
con un trazo ilegible
de carta añeja
y palabras erroneas.
Margaritas deshojadas
de "me quiere
mucho poco
poquito nada"

Somos jovenes
hasta que nos pica la nostalgia
y entendemos cuan pesado
es el silencio que recorre
por las calles del barrio,
en una esquina infinita
de gloria y pelota,
que se enmudece
ante el llanto de nuestro pasado.

2 sorprendidos por semejante idiotez:

Anónimo dijo...

Lindo che.
No sé por qué me hizo acordar del poema de Gonzalez Tuñon, La Calle del Agujero en la Media, y mira que la trama no es similar ni nada que se le parezca, pero bueh, no sé, pero me hizo acordar.
Será por esto?:

"Está en un puerto. ¿Un puerto? Yo he conocido un puerto.
Decir, yo he conocido, es decir: Algo ha muerto." (dixit)

Gracias por la buena lectura Matías, seguí escribiendo...

Matías Orange dijo...

Gonzalez Tuñon! Dios, que poeta. Una de las mejores cosas que escribí y que perdí, lo hice basandome en una poesía de él....

Una lástima que haya sido un pedazo de papel para la posteridad aquello.

Gracias por pasarte, Pablo...