Tal vez fuese algo así como una tira de asfalto que se lleva toda la tierra y las esperanzas que laten debajo del acelerador. No podría decirlo. Se encontraba encerrado y el único atisbo de ese escape que el mundo llevaba a cabo, era la ceniza que pendía del cigarrillo encendido que sostenía entre sus manos.
A lo lejos, contemplando por la ventana, veía como una cinta azul moría en el horizonte, donde despuntaba el aurora. Unos árboles se recortaban y el viento los acariciaba suavemente. Los recuerdos debían moverse del mismo modo, pensaba, mientras los pasos resonaban más fuertes detrás de los barrotes.
Quiso dar una pitada, pero el tabaco se había consumido entre sus dedos. Sonrió tristemente. Sólos los recuerdos de breves instantes, y las fotos díslocas de sueños pasados podrían confortarlo.
El resto, como todo, se escapaba por fisuras que apenas podía vislumbrar.
martes, febrero 05, 2008
El tiempo
escrito por Matías Orange por'ai, cerca de las 12:23 p. m.
una caradureza llamarlo literatura, obsesiones, relato
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