sábado, diciembre 22, 2007

Incoherencia

Tengo miedo de tu boca muda, de donde no nacen los colores.
La mirada tosca de seguro descansa sobre el halo pendiente en mi espalda
¿Hasta donde llega
la luz transfigurada en la ventana,
que poco a poco nos ilumina?

Adiós,
es la única palabra que puede llegar a surgir
de esos labios que tientan a los ecos.
Tus pasos resuenan en la escalera,
o así lo cree mi mente.
Debería negarla, pero trato de aceptar que tan sólo soy yo quién puede oírlos,
como el murmullo aterciopelado
que en el carmín escalón
deja estacionadas
las gotas
de agua.

En
las ansias,
que renacen
de a poco y distantes,
siento los vientos despertarse
a la orilla de un laberinto terrestre.
Silbaran en tus cabellos melodías,
que hablaran de las cadenas
rotas caídas olvidadas
y de pobres ojos
que ya no te
ven.

Tu rostro es una palabra onírica, rebotando entre paredes perdidas de páginas olvidadas.
Una foto en sepia.
Un epitafio.
Un mapa.
Un eco.
Todo.

3 sorprendidos por semejante idiotez:

ViC dijo...

Bellas palabras
constituyen
bellas formas

nada es casual

Anónimo dijo...

¬¬

Matías Orange dijo...

@Vic: Exacto. Supongo. Besos y saludos xD



@Pende: >P