domingo, agosto 05, 2007

Salvando un Post: Traducción de "El Cuervo"

Primer post que decido salvar, debido al cierre inminente de mi Space, es la traducción que hice, en enero, del famoso poema de Edgar P oe, "The Raven". Esta traducción es algo que me da mucho orgullo, porque logré dentro de todo serle bastante fiel al original, y medio que me había olvidado de ella hasta que leí en el blog de Taly que ella habia hecho una traduccion de un comic de Buffy..


Posteado originalmente el 13 de enero.

Cierta añeja medianoche, mientras dormitaba cansado,
meditaba sobre pesados libros de sabiduria ancestral,
cuando, aturdido y casi dormido, oí un pequeño golpe,
como si alguien suaemente golpeara, golpeara a la puerta de mi cuarto.
"Es un visitante", murmuré, "llamando a la puerta de mi cuarto.
Sólo eso y nada más".

¡Ah!, aún recuerdo aquel gélido Diciembre,
donde las brasas moribundas desplegaban en el piso su sombra espectral.
Yo deseaba la llegada del alba, ya que no había encontrado calma
en mis libros al desconsuelo, desconsuelo por la pérdida de Leonor,
por la pérdida de la divina y radiante dama a quién los ángeles llaman Leonor,
sin nombre aquí para la eternidad.

Y el rasguido triste e incierto de las cortinas purpuras
me sobresaltaban, llenandome de terrores fantásticos que no había sentido antes jamás.
Asi que, para calmar el palpitar de mi corazón, repetía quedamente,
"Es sólo un visitante esperando a la entrada de mi cuarto.
Sólo un tardío visitante esperando a la entrada de mi cuarto.
Eso es, y nada más".

De golpe mi alma se envalentono, dejando de vacilar.
"Señor", dije, "O señora, sinceramente su perdón he de implorar,
pero el hecho es que estaba durmiendo, cuando gentilmente ha llegado tocando,
y tan suave ha golpeado, golpeado a la puerta de mi cuarto
que dude de haberla oído" - abrí aquí la puerta de par en par -
Oscuridad había, y nada más.

Mirando dentro da las sombras; queda, largamente; me maravillaba, me asustaba,
dudaba, soñaba sueños que ningun mortal había osado soñar jamás.
Pero el silencio no fue roto, e impenetrable la quietud callaba.
Y la única palabra oída fue el nombre de Leonor,
que yo suspiré, y el eco murmuró de vuelta el nombre de Leonor.
Apenas esto, y nada más.

Volví dentro de mi cuarto, con el alma ardiendo dentro,
cuando oí de vuelta un golpe más fuerte que el escuchado minutos atrás.
"Seguramente", dije, "Seguramente que es algo golpeando en la reja de mi ventana.
Debo ver, entonces, de que se trata, y explorar así el misterio.
Debo dejar que mi corazón se calme unos momentos, y así explorar el misterio.
Es el viento, y nada más".

Abrí entonces la persiana, cuando con gracia y batiendo sus alas levemente,
entró en el cuarto un cuervo de los santos días ancestrales, con solemnidad.
Sin hacer miramiento alguno, sin siquiera detenerse,
fue a posarse, con aire de caballero o dama, encima de mi puerta. Fue a posarse encima del busto de Palas que está encima de mi puerta.
Se posó, inmóvil, y nada más.

Entonces, el ave de ebáno transformó mi solemne tristeza en sonrisa,
pues revestía un aspecto severo y lleno de gravedad.
"A pesar de tu rasurada y pelada cresta", dije, "Seguro que no eres cobarde,
antiguo cuervo siniestro y desagradable, escapado de la noche y su ribera.
¡Dime cual es tu nombre en la Noche Plutónica y su ribera!".
Dijo el cuervo, "Nunca más".

Me asombró en demasía que esa desgarbada ave pudiera hablar tan claramente,
a pesar de respuesta tan burda, tan vacia, nula y aburrida.
Pues tenemos que concordar que ningun humano viviente
había sido bendecido con la visita de un ave encima de la puerta de su cuarto,
ave o bestia, encima del esculpido busto que esta encima de la puerta de su cuarto,
con un nombre tal como "Nunca Más".

Mas el cuervo, solitariamente posado sobre el sereno busto, dijo solamente
esas únicas palabras, como si de esa manera desahogara su alma.
No pronuncio más palabra alguna; no agitó tampoco ninguna de sus plumas.
Entonces, dije en algo más que un murmullo: "Otros amigos me han dejado antes.
En el alba él tambien me dejará, como mis esperanzas me han dejado antes".
Entonces el ave dijo, "Nunca más".

Sobresaltado fui al ser rota la calma por respuesta de tan adecuadas palabras.
"Sin duda", dije, "Absolutamente eso es un repertorio y no más,
heredaro de un infeliz maestro, a quien desastre ímpio
persiguio sin tregua alguna, y transformó esa canción en harto agobio,
que lleva la carga de sus esperanzas en el harto agobio
de "Nunca, Nunca más".

Pero el cuervo continuaba mis fantasías transformando en sonrisas.
Asi que un mullido asiento en frente del ave, busto y puerta decidí arrastrar.
Enconteces, al hundirme en el aterciopelado asiento, empecé a unir
fantasía con fantasía, pensando en lo que este siniestro pájaro de antaño;
en lo que este torvo, desganado, demacrado y siniestro pájaro de antaño,
quería decir en el graznido de "Nunca más".

Sentado y atrapdo en el suspenso, sin palabras pronunciar,
estaba frente el ave cuyos ojos ahora dentro de mi pecho parecían quemar.
Est y mas, sentado adivinaba, con mi cabeza ligeramente inclinada,
en el aterciopelado almohadon iluminado por la luz de la lámpara,
iluminado el aterciopelado almohadon por la luz de la lámpara,
que ella prendiera, ah, nunca más.

Entonces pareció que el aire se volvía más denso, perfumado por invisible incensario,
mecido por serafines cuyos pasos en el alfombrado piso se oían tintinear.
"Desgraciado", lamenté,"Dios te ha dado, por estos angeles que se te han enviado,
un descanso, una tregua y nepento para los recuerdos de Leonor.
Bebe, oh, bebe este benigno nepente, y olvida la perdida de Leonor.
Dijo el cuervo, "Nunca Más".

"¡Profeta!", exclamé, "¡Diabólica cosa! Aun así profeta, seas pájaro o demonio.
Seas enviado por el Tentador, o seas desterrado a tierra por la tempestad.
Tierra desolada e impávida, en esta desértica tierra encantada,
a este hogar signado por el horror; Dime, sinceramente, te imploro.
Hay algun, hay algún bálsamo en Galaad?; dime, dime, te imploro".
Dijo el cuervo, "Nunca Más".

"¡Profeta!", exclamé, "¡Diabólica cosa! Aun así profeta, seas pájaro o demonio.
Por el Cielo que se dobla encima nuestro, por el Dios que ambos decidimos adorar,
dile a esta alma apesumbrada de penas si, en el remoto Edén,
podrá estrechar a una santa doncella a quien los angeles llaman Leonor,
podrá estrechar a una rara y radiante doncella a quien los angeles llaman Leonor".
Dijo el Cuervo, "Nunca Más".

"Sea esa palabra nuestra señal de partida, pájaro o monstruo", aullé presuntuosamente.
"Vuelve a la ribera de la Noche Plutónica y a su tempestad".
No dejes ninguna pluma negra como prueba de las mentiras que tu espiritu profirió.
Deja intacta mi soledad. Apartate del busto que esta encima de mi puerta.
Saca tu pico de mi corazón y alejate de mi puerta".
Dijo el cuervo, "Nunca más".

Y el cuervo nunca voló. Todavía esta posado, todavía esta posado
en el pálido busto de Palas que encima de la puerta de mi cuarto está.
Y sus ojos tiene la forma de los de un demonio que sueña,
y la luz de la lámpara que sobre él recae arroja su sombra en el piso.
Y mi alma, desde esa sombra que yace en el piso,
no podrá levantarse. Nunca más.

2 sorprendidos por semejante idiotez:

Achi dijo...

El amigo Edgar estaba piradísimo de la pinza.
;P

Pero era un genio del terror.

Sebastian [A.K.A. Manga Lord] dijo...

Sabés, estoy re contento, porque el otro día me compré en una excelente oferta 3 películas (de las cuales 2 eran ediciones especiales de 2 DVDs) por 10 Euros.
Una de las 3 pelis, era THE CROW, con Brandon Lee.
Ya la había visto, pero esta GENIAL la película. No llega al nivel del comic, pero es una muy buena adaptación.
Deberías ver si conseguís el comic, que te lo recomiendo para una de esas noches que estás al pedo...

Saludos!!