lunes, noviembre 05, 2007

Quisiera poder poner más excusas



Quisiera poder poner más excusas.

A lo mejor dejé pasar el tiempo sin darle la importancia que debía. O a lo mejor lo estoy sobrevalorando reflexionando sobre si le he dado o no suficiente importancia. Ahora eso importa una mierda, para ser honestos.

Si pudiese tener un arranque poético parafrasearía a Julio Cesar. Alea Iacta Est. Pero sería falso. No llevo su porte de líder, ni el peso de las decisiones ajenas encima de mis hombros. Sólo tengo una decisión para tomar.

Tal vez mañana figure en alguna crónica.

Pero, para ser honestos, me importa muy poco. La suerte esta hechada. Sí. Podría servir aunque carezca de dramatismo suficiente.

Tendría que tener un título llamativo. Algo que refleje con claridad el poco tiempo que tenemos, el pesado aire y el manto de tensión que nos envuelven.

Quisiera poder poner más excusas.

Respiro profundamente. Miro a esa persona allá a lo lejos, pero que puedo sentir tan cerca.

Tiene miedo. Sus ojos y su pose no me engañan. Ya se encuentra abatido. Este es su final.

Quisiera, desearía, rogaría. Mas no hay nada más para decir. Decisiones son decisiones. Propias o ajenas, no dejan de serlo. Inamovibles.

Sólo somos él y yo, dos lados de una misma carta. No hay nadie más. Tan parecidos, pero en suerte tan diferentes, que no nos queda más que jugarnos en reflejos dispares.

Cierro los ojos, encomendándome al azar.

Corriendo en contra del silencio, cruzo el Rubicón.

Quisiera poder poner más excusas.

A mis espaldas el rugido de multitudes despierta de su contenido letargo. Gritos desgarradores que al unísono forman una sola voz, que se leve hacia el cielo en busca de despertar iras y pasiones, nacida de mil pulmones.

Abro los ojos. El segundo acto. Él esta ahí, abatido. Con la mirada propia y ajena perdida en mil abismos a mis espaldas.

Corrí hacia el destino que nos unía. Pero con la suerte como acompañante, si es que la suerte se juega finalmente por alguno.

Hubiese querido…

Hacia mi viene la infinita gloria. Hacia mi caen los infinitos cielos.

…poder poner más excusas. Pero fue gol.






2 sorprendidos por semejante idiotez:

Bustos Domecq dijo...

Lo noto infinitamente más inspirado cuando del clásico Cordobés se trata, un lujo la entrada. No puedo decir lo mismo del que suscribe, sigo padeciendo el fuckin bloqueo (no sólo bloguistico sino cultural :S)

Matías Orange dijo...

A decir verdad... Es un post bastante viejo, de epocas en que escribia sobre el fulbo y otras ambiguedades...

Pero bueno, el clasico es el clasico, se merecia el "up!"

El original para la ffecha es el de arriba xDDD