viernes, noviembre 09, 2007

Big Mac


Dejo escrita una futilidad en una servilleta anónima entre las tantas que me rodean, con ningún afán de dejar rastros de autoría o sensibilidad estilística, desde el vamo' sabiendo cuan inútil es trata de lograr la trascendencia más allá de una cotidianeidad espantosa y común a todos quienes me rodena. Presos en un barco suelto a la incierta deriva, junto a ti y junto a ella, dentro de un abismo más grande que la oscuridad abismal de las noches de eclipsadas soledades.
Intrascendencia. De todo. Alma, cuerpo y mente. Sollozos, sonrisas y abrazos. Fantasmas de ideas basadas en una concepción idónea y errónea de un mundo aborrecible. ¿Qué tan reales son los granos de arena que se precipitan con las horas? ¿Cuán real es la figura que corresponde a mi imagen en ese nefasto laberinto de reflejos? ¿Y la que se interpone entre mi sombra y la luz? ¿Hay sombra? ¿Hay luz? Parece incluso insensato responder entre todas estas desgracias a unas preguntas que, en el día a día, resultan ser banales y bastante comunes.

Soy desecho de una piedra. Las letras que errantes forman una palabra que desea ser triunfal en la inminente derrota. Soy las batallas perdidas. Un aforismo grabado a fuego en la luz parpadeante de las estrellas. Soy una respuesta y la pregunta que la precede.

Intrascendencia, ante los ojos de la antología equívoca de pasos olvidados e imágenes fugaces.

Aunque, es cierto, hay veces que logro atisbar un fragmento de verdad dentro de estas condiciones de perpetua desidia. Son pedazos minúsculos de arco iris que se logran entrever entre gota y gota de lluvia, en las iris perladas de los ojos inquisidores y también de las miradas tímidas. Parece que ahí podría encontrar un cacho de esa paz gratificante que nos da la certeza.

Pero irremediablemente la pierdo, justo cuando siento el furor y el calor subiendo por los dedos de mi mano, ante la cercanía inconclusa del conocimiento universal, libre de disfraces mordaces utilizados para confundirnos. En esos momentos, siempre en ese apogeo de real clarividencia, sucede que entro dentro de ese torbellino de ilusiones burdas.

Siempre la pierdo, y termino preguntando:

- ¿Quiere papas con ese pedido?





En honor a los muchachos de McDonald's, que deben de ser muuuuuuuuuuuchoooo más interesantes que los que el uniforme les permite.

0 sorprendidos por semejante idiotez: