sábado, noviembre 10, 2007

Metal = Cultura

Uno de los mayores problemas que carga consigo el género de metal es que se lo considera, dentro de lo que es el rock como género, como una subdivisión burda y tribal, cargada de ignorancia, cuyo estandarte de batalla es un ritual de apariencia pagana y ribetes un tanto satánicos, por la iconografía adjudicada a lo largo de su carrera (pagano por las letras nórdicas, satánico por las constantes referencias que hubo al Gran Señor de las Tinieblas (va en broma, che) en los inicios, remotos ya, del género.


Por eso el grueso de la gente trata al heavy metal y hasta el punk (vale aclarar que la gente que crítica estos ritmos son personas al que le molesta cualquier forma de armonía que salga de lo que ellos consideran "buena música", y que resulta ser la música que pasan a cada rato en la radio) como un genero formado y destinado para puros y meros ignorantes, incapaces de hacer otra cosa que "agitar esa melena" (nota del autor: se llama "headbanging") o de hacer "ese baile tan violento que tienen" (conocido, popularmente, como "pogo").


De las letras no opinan, ya que el "ruido" los confunde y no les permite escuchar nada más que el riff de entrada de la canción, tras lo cual empiezan a poner excusas con el fin de no tener que ceder un ápice en una decisión tomada y fundamentada en la pura, lisa y llana terquedad.


Me toca a mí, desde este humilde espacio, defender a la música que más me apasiona, sea cualquiera el momento en que la esté escuchando, porque hay mucho más que la añeja y caduca imagen que aún está metida en las cabezas de todas esas personas.

El metal, como cualquier ritmo musical, tiene sus costumbres y su forma de moverse, de conformarse como grupo social, mediante las personas que van a los recitales o que no, que simplemente la escuchan porque es algo que les llena el alma.

Es cultura, porque tiene un mensaje y tiene medios para enviarlo, y porque hay gente que responde a ese mensaje de distintos modos, mediante la musica que produce, la forma en que se viste, los gestos. Y creo que de no haber sido por la falta de apertura de la sociedad hasta habría un genero literario con la fuerza y la vibración de sus sonidos.

Pero se lamenta lo que pudo haber sido cuando ya no hay forma de recuperarlo. Como cuando Talleres le ganó a Belgrano, por ejemplo xD

2 sorprendidos por semejante idiotez:

Anónimo dijo...

Matías, no hay un género literario de la corriente del heavy metal, pero hay literatura de la que mamaron sus músicos. Personajes como Jimmy Page, Ozzy Osbourne, Bruce Dickinson, Johan Edlund, etc. adoraron a un extraño escritor ocultista llamado Edward Alexander (Aleister) Crowley. Incluyeron todos ellos, frases o poesias completas de este escritor en sus obras.
Me parece que el Heavy metal es más que un forma de concebir la combinación de los sonidos, es una forma de vida de nuestra sociedad moderna (que no comparto pero respeto).
Sucede tambien, a mi humilde parecer que los jóvenes que escuchan esta música si escriben, escriben preferentemente poesía, y no tienen un estilo definido, más que la influencia de las canciones de sus grupos favoritos.
De todos modos, las letras de las canciones de los grupos de Heavy Metal, constituyen en sí, la literatura de este grupo.
No veo muy lejana la época donde podremos leer autores de Heavy Metal como escritores cotidianos, insertados en editoriales y periódicos. La responsabilidad de que esto suceda es nuestra, debemos abrirnos a las nuevas culturas, la historia hará su selección natural para decir qué debe perdurar y qué no.

Matías Orange dijo...

Es un planteo interesante, pero me referia al estilo de las poesias mas que al contenido. Es sencillo, dentro de todo, lograr poesias que sean bastante parecidas y hasta, en algunos casos, superiores a varias letras que tienen diversas bandas, tanto del metal clásico como de las corrientes variadas (trash, hard, nü, dark, gothic, industrial) que maman de él.

Pasa por el estilo por lo que te comentaba ayer por msn: es dificil lograr la candencia y la potencia que tiene intrisenca el género en la estructura de una poesía o en la cadencia de la prosa.

Es ahi donde esta el reto, no en cuan oscuros o depresivos podamos ser a la hora de tomar una lapicera y sentarnos a escribir